Manifestar la vida que deseamos

La vida que deseamos

Las mujeres poseemos una enorme capacidad de creación y manifestación por el hecho tan sencillo de tener útero. El problema es que nos hemos desconectado de él y del poder que tenemos por derecho de nacimiento. En el artículo de esta semana te cuento cómo volver a recuperarlo.


Mes a mes tenemos la capacidad de conectar con nuestra energía creativa (que no es otra cosa que nuestra energía sexual interna), vaciar nuestro útero (nuestro cuenco de creación) y sembrar las semillas de lo nuevo que deseamos ver manifestado en el plano material.

Las mujeres de las sociedades ancestrales y, en especial las sacerdotisas de los templos de Isis, lo sabían bien y desarrollaron rituales preciosos para ayudar a las mujeres a manifestar la vida que deseaban.

En estos rituales hacían un trabajo consciente de activación del útero y del fuego creativo que habita enroscado en él: nuestra Kundalini. Además, eran muy consciente de que el útero reproduce el ciclo de la naturaleza para crear. Utiliza la unión de las dos energías (la femenina y la masculina), sin la cual no existiría la vida. Y también la alquimia de los elementos. Todo el ritual tenía lugar en sus cuerpos.

Además, sabían que nuestro útero se mueve al compás de nuestro satélite. Danzar con las fases de la Luna se convertía en parte fundamental de estos rituales.

  • Las sacerdotisas de los antiguos templos de Isis sabían que las lunas oscuras eran momentos de limpieza, vacío y quietud para conectar con la inspiración creativa.
  • Los días de Luna nueva era momentos de siembra de las semillas de los sueños que deseaban materializar.
  • De Luna creciente eran los momentos más propicios para accionar y dar vida a esos sueños.
  • Los días de Luna llena eran momentos para parir al mundo material esos sueños, mientras que
  • los días de Luna menguante eran momentos de introspección. Días para analizar aquello que no se había manifestado, volver a darle un nuevo impulso creativo o preparar el útero para soltarlo y dejarlo ir… Para volver a ciclar de nuevo…  

Las antiguas sacerdotisas de Isis sabían también que el viaje que realiza la luna a través de las constelaciones era igualmente importante para conocer la energía disponible y más propicia para sembrar las intenciones de sus sueños.

Sabían leer la bóveda celeste. Entendían que formaban parte de un todo interconectado: lo que es arriba es abajo y lo que dentro es fuera.  

Conocedoras de este enorme poder, las sacerdotisas se reunían cada luna nueva en círculo sagrado para celebrar el ritual de manifestación y hacer magia con sus cuerpos.

En la escuela online, como fieles seguidoras de estas tradiciones milenarias, trabajamos estos rituales de la manifestación.

Tienes a tu disposición el taller online Mujer creadora | El arte de la manifestación y el taller online La luna como mapa de manifestación.

Y además, con el inicio del nuevo año, comenzamos un círculo de mujeres online cada luna nueva. Para ayudarnos entre todas a manifestar las intenciones que sembramos durante el Solsticio de Invierno. Será un proceso que durará un año entero, hasta el siguiente Solsticio de Invierno y, seguro, será transformador para cada una de nosotras.

Si sientes la llamada y deseas participar, estaremos encantadas de contar con tu presencia. Será el sábado, 25 de enero, a las 10h (hora española). Escríbeme y te cuento todos los detalles y cómo acceder.

La vida que deseamos


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La vida que deseamos

Alimentación en Invierno

Alimentación en invierno.

Durante los meses de Invierno, nuestra energía tiende a volcarse hacia el interior y nuestro organismo necesita descansar un poco más. Para que podamos nutrir la energía vital adquirida (Jing) que proviene de lo que comemos y respiramos. Esta energía se va progresivamente almacenando para poder después salir al mundo cuando llegue la Primavera.


Para la Medicina Tradicional China, el Invierno es una estación regida por el elemento Agua, que representa el origen de la vida y el inicio de todo nuevo ciclo.

El agua une, funde y armoniza. Representa la paz, el amor universal, la compasión y las emociones más profundas del ser. Nos recuerda que la vida es flujo y cambio constante. El agua nos da la capacidad de adaptarnos a los ciclos de la naturaleza y a las situaciones de nuestra vida. Nos aporta flexibilidad.

El agua constituye la energía Yin máxima y, en el cuerpo, está representada por los riñones y la vejiga. El fondo marino, donde se manifestaron las primeras formas de vida. O el momento de la gestación nos ilustran con claridad este período de evolución a partir del agua.

La energía del agua se agota con el «calor» del estrés y el exceso de emociones densas. La mejor forma de conservar la energía potencial del agua es estar tranquila y en quietud.

Durante el Invierno, la clave de una buena alimentación es seguir el curso de la naturaleza. Además de prestar atención a la energía Yang en el cuerpo. Recuerda: si fuera hace frío (Yin), nosotras contrarrestamos con su polaridad, generando más calor (Yang) en nuestro organismo.

Los alimentos remineralizantes y que generan calor interno son especialmente beneficiosos para la salud, en general, y el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico, en particular. Igualmente, es importante incorporar los alimentos que pueden fortalecer la energía del riñón y mejorar la capacidad del cuerpo para resistir el frío.

Evita los alimentos crudos durante el Invierno tanto como te sea posible. Tienden a enfriar el cuerpo. Es momento de recuperar las ollas y cazuelas, y cocinar a fuego lento. Las sopas calientes, los granos integrales y los frutos secos tostados ayudan a calentar el centro del cuerpo y mantener la energía Yang. Bebe, además, agua a temperatura ambiente o en infusiones durante el día.

Es la época de las legumbres, las judías azukis, las alubias pintas, las alubias blancas o los fríjoles, con las que confeccionar ricos potajes. Es también la época de los alimentos negros y azules, colores que corresponden con el elemento agua de los riñones y ayudan a su fortalecimiento. Arándanos, moras y haba negras pueden ser una gran elección.

Las semillas contienen una enorme concentración de energía. Las de lino, calabaza, girasol y sésamo negro se relacionan con la fertilidad y el crecimiento que rige la energía renal. Los frutos secos tomados a discreción, especialmente nueces y avellanas, son también muy eficaces en esta época del año para generar calor.

Incluye también alimentos probióticos como el miso. Una buena sopa de miso es el plato perfecto para las comidas y cenas invernales (los japoneses incluso la toman para desayunar). Te ayudará a entrar en calor y relajarte… y, además, representa el fondo marino… Ideal para conectar con el elemento agua.

En cuanto a las verduras, elige las redondas, todo tipo de coles y hojas verdes pequeñas, e incluye raíces (como el nabos, las chirivías, las zanahorias o la bardana). Los riñones son las raíces energéticas de nuestro cuerpo y, si están bien nutridos, nos aseguramos una buena salud… en especial las mujeres.

En las comidas, elabora platos tradicionales de la dieta mediterránea, como la olla gitana o el potaje de garbanzos. Puedes sustituir los ingredientes desvitalizados por ingredientes más energéticos, como puede ser el arroz blanco por el integral o las verduras congeladas por las frescas. Si eres vegana o vegetariana, puedes sustituir las proteínas animales por proteína vegetal de buena calidad.

Alimentación en invierno.

Sopa de miso | El regalo de los dioses

Sopa de miso

Fuente de sabor, salud, longevidad y felicidad. La macrobiótica considera esta sopa milenaria con alga wakame como un auténtico elixir cargado de beneficios. Y es una de mis recetas preferidas para la temporada de Invierno.

Según cuenta la leyenda, el miso fue un regalo que los dioses hicieron a la humanidad muchos siglos atrás. Con éste, le entregaron el elixir de la salud, la longevidad y la felicidad. Cientos de años después, el consumo de miso, un producto que se obtiene a partir de la fermentación de la soja y que destaca como fuente excelente de aminoácidos y enzimas naturales y probióticas, se ha expandido por todo el mundo.

El miso es el alimento estrella de la cocina macrobiótica. El equilibrio entre los principios del yin y el yang y de los cinco elementos son las bases de la macrobiótica. Un modo de vida que entiende la alimentación como el gran aliado del equilibrio físico y emocional. Sin un buen balance de estos principios, ninguna persona podrá gozar de auténtica salud física y emocional.

Pero, ¿cómo encontramos el equilibrio? La macrobiótica distingue entre el efecto yin (una energía fría y oscura) y el efecto yang (una energía caliente y luminosa). Todos los alimentos poseen las dos energías. Sin embargo, una de las dos siempre domina por encima de la otra. Del mismo modo que el equilibrio entre yin y yang rige las leyes de la naturaleza, una dieta saludable deberá buscar el balance entre estos dos polos opuestos. Asegurándonos de que no nos pasamos por exceso o por defecto de ninguno de los dos. Pero teniendo en cuenta, a su vez, las necesidades específicas de cada individuo en cada momento. Necesidades que irán cambiando de forma constante a lo largo de la vida.

Además del buen balance, la macrobiótica entiende que una alimentación saludable debe basarse en el consumo de alimentos ecológicos, de temporada y de proximidad, reduciendo el consumo de azúcares y harinas blancas, alcohol y otros tóxicos y aumentando la ingesta de alimentos integrales y alcalinizantes como las algas, el tamari y, por supuesto, el miso.

Qué necesitarás para preparar la sopa de miso

A pesar de que admite una infinidad de variantes, la receta tradicional combina principalmente dos ingredientes: el miso y las algas wakame. A menudo se le añaden también taquitos de tofu, cebolleta y puerro u otras verduras, setas, pescado o incluso carne.

Tanto el miso como las algas wakame son alimentos en los que predomina la energía yang. Según la medicina tradicional china, purifican la sangre, mejoran la calidad del pelo, de la piel y de los órganos. La wakame, como el resto de algas, es un vegetal del mar muy rico en calcio, magnesio, hierro y yodo, y es por su alta concentración de estas propiedades que no conviene abusar de ella: con 10 gramos al día tenemos más que suficiente.

Por su sencilla preparación, sus magníficas propiedades y su delicioso sabor, esta sopa resulta una excelente entrada en el mundo de las algas y el miso para todos los que no sepan como incorporar estos alimentos a sus platos del día a día.

Qué miso comprar

Aunque los tipos de miso más conocidos son el hatcho miso (de soja), el genmai miso (de soja y arroz integral) y el mugi miso (de soja y cebada), según el clima, las costumbres y los alimentos disponibles, puedes encontrar otras variedades, como el miso soba (con trigo sarraceno), el taima miso (con semillas de cáñamo) y el miso natto (con cebada y jengibre)

Podéis encontrar miso en distintos formatos: en sobres, deshidratado y preparado para hacer la sopa, en forma de pasta oscura en un frasco de cristal o en una bolsa hermética, o en caldo ya preparado y listo para consumir (caldo de genmai miso con alga wakame).

En cualquier caso, es importante que se adapta a vuestras necesidades nutricionales y lo compréis ecológico para aseguraros que se conservan todas sus extraordinarias cualidades.

Rosa Mística