Bienvenida, hermana, hermano de la rosa. Hoy te invito a abrir un portal en el tiempo. A recordar una historia que fue cuidadosamente silenciada, pero que sigue latiendo bajo la superficie de la historia oficial.
Vamos a hablar de las Magdalenas. No solo de María Magdalena como figura bíblica… Sino de una hermandad secreta, femenina y sagrada que custodió las enseñanzas más poderosas del Cristo y que ha estado viva, en la sombra, a través de los siglos.
Este es un episodio para mujeres y hombres que saben que hay una verdad más profunda sobre nuestro linaje espiritual. Y están listas para recordarla.
QUIÉN FUE REALMENTE MARÍA MAGDALENA
La imagen que la historia oficial nos dejó de María Magdalena es, como mínimo, injusta. Durante siglos se la confundió con una prostituta arrepentida. Una pecadora redimida por el perdón de Jesús.
Pero si leemos entre líneas, si volvemos a los textos originales y, sobre todo, si escuchamos desde el corazón, descubrimos algo muy diferente: María Magdalena no fue una seguidora cualquiera. Fue la compañera íntima de Yeshua, su iniciada y su igual. Una maestra espiritual.
En el Evangelio gnóstico de Felipe podemos leer: “El Salvador la amaba más que a los otros discípulos y la besaba en la boca.”
Y en el Evangelio que la propia María Magdalena nos legó, ella aparece como la única que comprende el verdadero mensaje del Maestro.Es a ella a quien él transmite su sabiduría más elevada. Le dice a Pedro: “Te enseñaré lo que te ha sido ocultado”.
La Magdalena fue una mujer iniciada, una sacerdotisa de los antiguos Misterios femeninos, y la guardiana de una sabiduría que integraba cuerpo, alma y eros.
¿QUIÉNES ERAN LAS MAGDALENAS?
El nombre “Magdalena” no era solo un apellido o un gentilicio. Era un título espiritual. María era el nombre que habitualmente designaba a una sacerdotisa. Magdalena era el título que recibía la suma sacerdotisa, la líder espiritual de una comunidad.
Las Magdalenas eran una hermandad de mujeres consagradas a la vía del amor, la verdad encarnada y la unión sagrada. Se entrenaban en prácticas de sanación, trabajo con el útero, la voz, el cuerpo y el espíritu.
Eran herederas de antiguas tradiciones — desde las míticas Lemuria y la Atlántida, el Antiguo Egipto, y, en tiempos de nuestra María Magdalena, las encontramos en el entorno de las comunidades esenias…. aunque su presencia se puede documentar en toda la cuenca del Mediterráneo Antiguo.
Estaban conectadas como una gran colmena y portaban la llama de la Rosa Roja: símbolo del eros sagrado, la sabiduría femenina y la alquimia del alma.
Estas mujeres servían como:
- Sacerdotisas: guardianas de los misterios del Grial y el linaje de las sacerdotisas sirenas.
- Sanadoras: trabajaban con la energía del útero, las manos, la voz, las hierbas y los aceites.
- Oráculos: abrían canales de comunicación con la Divinidad.
- Compañeras del camino espiritual: guiaban a hombres y mujeres a recordar su verdad divina.
Con la llegada de las religiones monoteístas, muchas de ellas fueron perseguidas. Pero no desaparecieron.
Sus enseñanzas permanecieron ocultas entre el misticismo femenino y la alquimia. Y sus sacerdotisas, aunque ocultas, permanecieron en contacto, creando un círculo de herederas espirituales de María Magdalena, conocido como la Hermandad de la Rosa o la Iglesia del Grial.
Algunas llegaron al sur de Francia. Otras al norte de África, al levante español, al Sinaí, a Avalon… Y su conocimiento se transmitió en susurros, a través del linaje femenino.
De madre a hija. De útero a útero.
LA HERMANDAD DE LA ROSA HOY
Hoy, la Hermandad de la Rosa ya no es un secreto. Está resurgiendo. Mujeres de todo el mundo están despertando memorias que no pueden explicar con la razón:
- Sueños con María Magdalena.
- Llamados a rituales antiguos o a lugares sagrados que guardan memorias..
- Una voz interior que les dice: “Eres una sacerdotisa, has venido a recordar.”
Este despertar no es casual. Forma parte de un movimiento planetario: el regreso de la Gran Madre y del liderazgo espiritual femenino.
Este liderazgo no excluye al hombre. Al contrario. Lo entiendo como un igual y como parte indiscutible de toda la creación.
Tampoco es un liderazgo jerárquico, sino circular.
No es un liderazgo desconectado del cuerpo, sino encarnado, erótico, amoroso, radicalmente compasivo y que se vive siempre en relación..
La Hermandad de la Rosa no es una organización externa. Es un campo vibracional, una frecuencia, a la que accedes cuando activas tu útero, tu voz, tu poder creador y tu verdad espiritual.
LLAMADO AL DESPERTAR
Si todo esto resuena en tu corazón, si algo dentro de ti se activa al escuchar estas palabras… es porque eres parte de este linaje.
Tu alma ya lo sabe. Solo necesitas recordarlo.
Por eso he creado el curso gratuito “Las Magdalenas de la Nueva Tierra”.
Un viaje de tres días donde activaremos las tres llaves principales de este linaje:
- El cuerpo-templo
- La fuerza erótica
- La frecuencia Magdal
Si siente la llamada, nos vemos del 12 al 14 de septiembre en el Templo virtual de la Rosa.
Gracias por estar aquí. Gracias por recordar. El linaje de la Rosa está vivo… y está despertando en ti.