fbpx Skip to content
Escuela Rosa Mystica_Ser una sacerdotisa en el siglo XXI

Por qué ser Sacerdotisa en el siglo XXI es un acto revolucionario

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on telegram
Share on whatsapp
Share on email

Ser sacerdotisa en el siglo XXI no es una moda, ni un juego estético o un título decorativo. Es un camino de entrega, de poder encarnado, de servicio a la Tierra y a la humanidad. Es un acto revolucionario… porque toca las raíces más profundas de la historia, la espiritualidad y la libertad femenina. Hoy vamos a hablar de historia, de linaje, de espiritualidad… y también del presente que estamos viviendo.

EL LEGADO DE LAS SACERDOTISAS 

Durante milenios, en prácticamente todas las culturas originarias de la tierra, las mujeres han servido como puentes entre lo visible y lo invisible.

Desde las chamanas prehistóricas, las constructoras de círculos de piedras o las Sacerdotisas en Egipto, Mesopotamia, Creta, en las tierras íberas, en las celtas… y más allá, en Mesoamérica…, las mujeres estaban consideradas las representantes de la Gran Madre en la tierra y a Ella se dedicaban los templos de Afrodita, Isis, Inanna, Asheráh, Astarté, Brigid…

Mujeres entrenadas en el arte, la danza, la música, la sanación, el ritual y la sexualidad sagrada. Pero también en la retórica, la diplomacia… Su rol en las sociedades ancestrales no era sólo espiritual, ofrecían también un servicio a la comunidad. Eran las mediadoras con lo divino, guardianas de la justicia, la fertilidad, de los ciclos, de la medicina del cuerpo y del alma.

Pero este poder femenino, ritual y social, comenzó a ser desmantelado con el avance de sistemas patriarcales y las religiones monoteístas institucionalizadas. A las sacerdotisas se las desacreditó, se las persiguió y, en muchos casos, se las borró de la historia.

En el mundo católico, este borrado fue muy evidente. Ya te hablé en el video de la semana pasada de María Magdalena y de cómo pasó de ser una maestra iniciada a una “pecadora arrepentida” en la narrativa oficial.

Pero la voz del Divino Femenino no puede ser acallada del todo, no puede ser borrada… porque sin la Gran Madre no existiría la vida en todas las formas que la conocemos. 

El linaje de sacerdotisas y sus enseñanzas, como ya te he contado en otros videos, no desapareció. Siguió transmitiéndose en círculos cerrados, en linajes familiares, en prácticas de mujeres medicina y en la memoria celular de muchas de nosotras. Y a lo largo de la historia vemos como va resurgiendo, para volver a ser de nuevo controlado… resurgir de nuevo… controlado otra vez…

QUÉ SIGNIFICA SER SACERDOTISA HOY 

Ser sacerdotisa hoy no significa volver al pasado. No podríamos aunque quisiéramos, porque ya no somos las mismas mujeres, ni vivimos en el mismo sistema político, social y económico de aquellas sacerdotisas que eran veneradas como intermediarias.
Significa actualizar un rol ancestral para las necesidades espirituales, emocionales y energéticas del presente… recuperando ciertas prácticas e innovando en otras, para adaptarlas a una sociedad, como la nuestra, que se encuentra en transformación

Hoy, la sacerdotisa es:

  • Una guía espiritual femenina que integra cuerpo, mente y espíritu.
  • Una sanadora de memorias colectivas y heridas patriarcales.
  • Una Guardiana de la Tierra, de los ciclos, de la vida.
  • Una tejedora de comunidad, que devuelve lo sagrado a lo cotidiano.

Y aquí viene lo revolucionario: en un mundo que nos enseña a separarnos de nuestro cuerpo, de nuestra voz y de nuestra intuición, una mujer que vive conectada al poder de creación de su útero, que honra su energía sexual como sagrada, que pone la vida y el amor en el centro, y que habla desde su verdad más profunda, rompe el sistema.

Porque deja de ser controlable.
Porque ya no se guía por el miedo, sino por la visión.
Porque su autoridad no se basa en el poder que otros le dan,
sino en el poder que fluye desde su propia alma.

POR QUÉ ES UN ACTO REVOLUCIONARIO 

Históricamente, los poderes dominantes temieron a las mujeres libres y espiritualmente soberanas, porque se salían de las normas establecidas por el sistema controlador, que busca la separación, que se basa en la violencia…
Por eso, se intentó controlar su cuerpo, su sexualidad, su palabra y su espiritualidad.

Hoy, aunque las formas de opresión sean más sutiles, la lógica es la misma:

  • Se nos enseña a desconfiar de nuestro cuerpo y de todos sus procesos: nuestra sangre menstrual es una maldición, nuestra sexualidad un pecado, nuestra opinión no es válida.
  • Se nos enseña a competir entre nosotras en lugar de apoyarnos y se nos niega el sostén de la tribu en momentos tan vitales como la menarquia, el parto o el postparto…. o se nos endulza lo que realmente supone el embarazo o la maternidad para la vida de una mujer.
  • Se nos enseña a delegar nuestro poder espiritual en figuras externas, en dogmas de fe que no cuestionamos.

Ser sacerdotisa en el siglo XXI significa revertir esta lógica. Significa decir: “Yo soy el templo. Yo soy la autoridad espiritual de mi vida. Yo soy un canal de lo divino en la Tierra.”

Es revolucionario porque:

  • Desafía estructuras religiosas y sociales que buscan dar el poder a los intermediarios.
  • Activa un liderazgo femenino que es circular, colaborativo y basado en la vida y el amor.
  • Sana la relación entre lo sagrado y lo erótico, devolviendo al eros su lugar en la espiritualidad.

Cuando una mujer vive así, inspira a otras a hacer lo mismo.
Y ahí es donde el cambio deja de ser individual… y se convierte en colectivo.

EL LLAMADO A LAS MAGDALENAS DE LA NUEVA TIERRA

Estamos en un momento planetario en el que el mundo necesita más que nunca volver a la Gran Madre y comenzar a entender la diferencia entre espiritualidad y religión.

Este mundo en el que vivimos necesita desterrar la idea de la existencia de un dios externo, vengativo y justiciero, que aprueba la guerra y la masacre de inocentes en su nombre, para regresar a la diplomacia, la compasión, el respeto por el que piensa diferente… Es decir, volver al amor como la base de todas nuestras relaciones… 

Este mundo necesita mujeres iniciadas en las enseñanzas de la Gran Madre, mujeres despiertas, conectadas y con el coraje de sostener espacios sagrados que busquen la cohesión.

El linaje de María Magdalena —y de las sacerdotisas de la Hermandad de la Rosa— está regresando. No como una moda, sino como una respuesta a este tiempo.

Hace unos días escuché a una mujer en redes sociales criticar “la moda de las sacerdotisas”. ella decía que la figura de la sacerdotisa no hacía más que perpetuar esta idea de que necesitamos a otras personas, intermediarios, para conectar con lo divino. Y seguimos olvidando que lo divino está dentro de nosotros. 

Y a mi me gustaría contestar a eso. Tú no reniegas de tu madre por haberte enseñado a hablar y a caminar. Ni reniegas de tu padre por haberte dado herramientas para salir al mundo. Ni de la maestra o el maestro que te enseñó a juntar letras, a saber leer y escribir. ¿Por qué renegar entonces de una sacerdotisa cuya misión es hacerte recordar la divinidad que eres?

Ella es una intermediaria entre tú y tu potencial, y te enseñará a pensar por ti misma, por ti mismo… Te invitará a que experimentes para que puedas decidir con qué te quedas. Y te animará a que abraces la vida y todo su abanico de sensaciones y emociones… Y te dirá que el único pecado que puedes cometer es no serte fiel a ti misma.

Si algo dentro de ti se activa cuando escuchas la palabra “sacerdotisa”…
es probable que tu alma esté recordando su compromiso con este linaje.

CONCLUSIÓN: UNA INVITACIÓN

Si esto resuena contigo, quiero invitarte a dar un primer paso en este camino.

He creado un curso online gratuito de tres días llamado “Las Magdalenas de la Nueva Tierra”. En él, te guiaré a través de tres activaciones esenciales para tu liderazgo espiritual femenino:

  1. La activación de tu cuerpo-templo.
  2. La activación de tu fuerza erótica.
  3. La activación de la frecuencia Magdal.

Este curso es una puerta de entrada para que puedas sentir en tu propio cuerpo lo que significa ser parte de este linaje.

Si sientes la llamada, apúntate gratis y empieza este viaje conmigo. INSCRÍBETE AQUÍ>>

Porque ser sacerdotisa hoy no es un título…
es un acto de amor, de libertad y de revolución.
Y el mundo te necesita.

Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!


Añadir un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

LA INICIACIÓN

Curso de Iniciación a los Misterios Femeninos

«Todo lo que sé de la luz, me lo enseñó la oscuridad»

Inscríbete a nuestro curso gratuito de introducción a los misterios femeninos y las enseñanzas de las Sacerdotisas de la Rosa Mystica. 

Descubre cómo habitar tu cuerpo-templo y cómo activar tu energía sexual creativa para abrazar tu poder y tu fuerza erótica femenina.  

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
error: Contenido protegido

Utilizamos cookies propias y de terceros que permiten al usuario navegación a través de otra página web. Más información.

Abrir chat
1
¡Hola, bella! ¿Puedo ayudarte?
¿Hablamos?
Hola, bella 👋
¿En qué puedo ayudarte?