Venus y la herida de lo femenino

Durante la temporada de eclipses, Venus se unión a Quirón, el sanador herido, mostrándonos la herida profunda del Divino Femenino en el colectivo y de nuestra Diosa interior. Es una invitación a dejar ir todo aquello que nos impide conectar con la nueva versión de nosotras mismas que estamos creando. Te cuento más en esta nueva píldora de sabiduría femenina.

Llevaba un tiempo sin pasar por aquí y, antes de nada, quería agradecer todos los mensajes que he recibido de muchas de vosotras preguntándome si estaba bien. Y, como le comenté a Beatriz, sí, estoy muy bien: he necesitado unos días para desconectarme de las redes y conectarme a la vida.

Mayo y la temporada de eclipses

Mayo, y todas la temporada de eclipses por la que estamos atravesando, ha sido bastante fuerte para mi a nivel personal. Los dos eclipses que hemos tenido: el 30 de abril y el 16 de mayo, coincidieron con dos retiros.

Uno, el primero, Soberanas del Placer, que yo misma facilitaba y que fue muy intenso. Y el segundo, Las Edades de la Mujer, organizado por Mariela Reyes, en el que participé y que me sacudió bien fuerte.

Además, yo también estoy haciendo la Danza de Venus junto a las 21 mujeres que me acompañan y, aunque lo esté facilitando, no me libro del profundo viaje de transformación que supone transitar los pétalos de la Rosa Mística. He necesitados algunos días para integrar y tomar decisiones a nivel personal sobre todo lo que se ha mostrado en las ultimas semanas.

Y de esto precisamente venía a hablaros hoy: de cómo estos retiros se han alineado con la energía.

Venus y su viaje chamánico de iniciación

Soberanas del Placer coincidió con la apertura de una nueva puerta de iniciación dentro del viaje chamánico que realiza Venus: la puerta de la comunicación, y también con la apertura del portal pleyadiano, que nos invitaba a conectar con las voces femeninas ancestrales, las Madres Primigenias y las Sacerdotisas de la Diosa, tan castradas y silenciadas durante tanto tiempo.

Era y es una invitación a asumir de nuevo un liderazgo olvidado durante demasiado tiempo y a volver a sentar en su trono a la Diosa que todas llevamos dentro, para volver de nuevo a la conciencia de unidad y a recuperar las bases espirituales de la Humanidad en esta nueva Era de Acuario que estamos ayudando a construir. 

Durante ese tiempo, se eclipsó una parte de nosotras mismas, aquella que nos impedía descorrer el velo y mirar a través de la niebla todo aquello que podemos llegar a ser.  Este es el trabajo que hicimos

Venus y Quirón durante la temporada de eclipses

El siguiente retiro, Las Edades de la Mujer, coincidió con el eclipse total de Luna llena en Escorpio y con la conjunción de Venus y Quirón, el sanador herido. 

Como dice una de mis maestras, Erika Falcó, de Sagrada Mujer Lunar, esta conjunción se sintió como un brote de sensibilidad, de llanto, de sentir que algo muy en lo profundo se acomodaba, y que fibras muy sensibles y también muy profundas estaba siendo movidas para que las transmutáramos.

Venus tiene como misión mostrarnos aquello en lo que queremos convertirnos. Inició su trabajo allá por el 8 de enero, cuando comenzó a dibujar el pétalo de la Rosa Mística en Capricornio y se ha intensificado con los eclipses, especialmente con el de Escorpio el 16 de mayo, porque fue un eclipse de Nodo Sur y nos estaba pidiendo eliminar todo aquello que nos está impidiendo llegar a ser aquello que anhelamos ser… y que está en nuestro camino de evolución

Junto a Quiron, Venus nos ha mostrado todas las heridas antiguas que nos impiden alcanzar la nueva versión de nosotras mismas. Esa herida puede mostrarse de múltiples formas: en tu deseo insatisfecho de ser madre, en una relación de pareja que no te llena, en la imposibilidad de construir una relación de pareja que sabes que mereces, en tu desconexión con el cuerpo y el placer, en tu desconexión con la abundancia… 

Llegamos a un momento en que Venus y Quirón te muestran todo eso y te susurran al oido: ¡ya está bien, ya no es necesario el sufrimiento y hay que avanzar! Para eso es necesario que lo veas, lo transmutes y lo sueltes. Y puede ser un patrón profundamente arraigado en ti, en tu identidad, pero es algo que ya no puede acompañarte en la nueva versión de ti misma que se está construyendo, sí o sí, en este momento. 

Hay una gran esperanza en esta herida que se muestra, porque la enseñanza que realmente viene a mostrarte es que el aprendizaje ya está hecho y que ya no estás en ese mismo lugar que produjo la herida. Ahora puedes florecer, si quieres, desde ahí. 

Venus representa el Divino femenino dentro de nosotras como potencial y también el Divino femenino como colectivo. Quirón junto a Venus ha mostrado también estos días la profunda herida del femenino en esta sociedad. En España, el país en el que vivo, las últimas semanas han sido constantes las noticias sobre violaciones grupales a mujeres. Algo muy podrido en lo colectivo se está revelando, para ser

Venus y la Luna menguante

Esta semana estamos en los últimos días de la temporada de eclipses y nos acompaña la energía de la luna, que va a ir poco a poco menguando hasta llegar a la completa oscuridad, antes de renacer a un nuevo ciclo.

Esta energía nos ayuda a terminar de soltar aquello que se ha mostrado y que ya no puede acompañarnos. Venus te ha mostrado donde está la gran herida que te impide abrazar tu soberanía como mujer. La luna te invita a diluir en sus aguas esa herida para dejar de identificarte con ella y dar a luz una nueva versión de ti misma, donde puedas decir un completo y rotundo Sí a eso que tanto anhelas. 

Para ayudarte, ayer en La Espiral, la membresía de la Rosa Mística, hicimos una sesión preciosa de Danza Küyen donde nos permitimos soltar y transmutar las heridas, patrones y creencias limitantes que se ha ido mostrando durante esta temporada de eclipses, para preparar nuestro cuerpo a recibir las energías de renovación de la próxima luna nueva, el 30 de mayo. Ese día haremos un círculo ritual especial. 

Un poquito antes, La Luna se unirá a Venus y abrirá una nueva puerta de iniciación: la puerta del corazón.

Aquí, la Diosa nos va a pedir autenticidad, coraje y valentía para conectar con las heridas y los traumas de la niña interior. Nuestro corazón nos va a pedir soltar los viejos patrones que sostuvieron la antigua versión de nosotras mismas por mucho tiempo, para asumir nuestro liderazgo y llevarnos a la evolución de la mano de un Divino Femenino que nos necesita para retornar a su lugar en el mundo.

Conclusión

Espero que esta píldora te haya servido de inspiración. Muchas gracias por permanecer al otro lado. Esteré encantada de escuchar cómo has vivido esta temporada de eclipses y si te has sentido identificada con las palabras que te he compartido. Porque cuando una sana, sanamos todas. 

Te envío un abrazo de corazón a corazón.

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La luna y el cuerpo | Prácticas corporales para la luna llena

La luna y el cuerpo

En esta píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana quiero profundizar un poquito en los cambios que experimenta nuestro cuerpo durante las diferentes fases de la luna. Y proponerte las mejores prácticas para realizar los días de luna llena.


Hoy es luna llena y para mi es un día especial. Me gusta respetar la influencia de la luna en mis prácticas diarias. Por un lado, porque mirar al cielo y seguir el ciclo lunar me recuerda que mi naturaleza es cíclica también. Y me da la oportunidad de observar, amar y respetar mi ciclo cambiante. Y, por otro lado, me hace recordar que formo parte de algo más grande que mi día a día. Marcado por el estrés y el atropellado de imágenes, ruidos, olores y sabores que pasan a una velocidad de vértigo…Volver la mirada a la luna me hace parar y volver a conectar con mi esencia.

Hace unas semanas, te compartía el saludo a la luna (Chandra Namaskara) como práctica para conectar con la energía receptiva y femenina que simboliza la luna. En esta píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana quiero profundizar un poquito más en los cambios que experimenta nuestro cuerpo durante las diferentes fases de la luna. Y proponerte las mejores prácticas para realizar los días de luna llena.

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Te dejo también una playlist de música especial para danzar con la luna llena.


El agua es el principal componte de nuestro cuerpo. Y la luna influye en nuestras aguas internas al igual que lo hace en las aguas de nuestro planeta, dando forma a las mareas. A lo largo de sus diferentes fases experimentamos cambios emocionales, diferencias en la capacidad de concentración, en nuestra respiración y también en la flexibilidad de nuestro cuerpo.

la luna llena y las emociones

En concreto, la fase de la luna llena se relaciona con la inhalación y con el momento en que la energía vital o prana está en su punto más álgido. Es una fase de expansión total, donde nos podemos llegar a sentir muy energéticas y, a la vez, muy sensibles y emocionales.

La naturaleza del agua es fluir. Su inteligencia radica en encontrar siempre el camino más corto entre dos puntos. Si el agua no fluye, se estanca. De igual manera, si nuestras emociones no fluyen, nos estancamos y nos bloqueamos. La emoción es un movimiento que nos impulsa a la acción y, paradójicamente, por temor lo refrenamos.

Durante esta fase el Sol está iluminando a la Luna. Del mismo modo, nuestras emociones, nuestras partes más escondidas, misteriosa y ocultas, también quedan iluminadas. Nuestro mundo interior se revela y emerge a la luz de la conciencia. Si internamente hay paz y bienestar, la luna llena es un momento de gran éxtasis. Por el contrario, si tenemos cuestiones no resueltas (si hay una relación que ya no nos gusta en su dinámica o nos sentimos saturadas de trabajo, queremos mudarnos, o necesitamos hacer un cambio importante en nuestra vida), nuestras emociones estarán más exaltadas que nunca y nos sentiremos más irritables, intolerantes y, probablemente, nos costará conciliar el sueño.

Todos nuestros instintos están exacerbados para mostrarnos aquello que ya no tiene lugar en nuestra vida.

Por eso, la luna llena es el momento de mayor intensidad emocional. Es una oportunidad de observarnos internamente para darnos cuanta qué nos está pasando. Cuán ordenada o desordenada está nuestra casa interior –nuestro cuerpo– y nuestro mundo emocional.

En la luna llena se nos muestra como un espejo lo que nos sucede. Refleja nuestro mundo interior. Muchas veces podemos sentirnos frustradas ya que podemos apreciar la brecha entre lo que deseamos y lo que realmente estamos manifestando. Entre lo que nos gustaría lograr y lo que realmente logramos.

La luna llena es un momento de observar sin juzgar, de aceptar activamente, para poder empezar a tomar responsabilidad sobre nuestras emociones y acomodar lo que no nos gusta de nuestra vida. Es momento de mirar la verdad desnuda de nuestros sentimientos, de los mensajes que nos envía nuestra alma, de lo que yace en nuestro inconsciente, de nuestra capacidad de ser fértiles ante lo que acontece, de observar cuán conectadas estamos con la energía creativa, con nuestro hogar, nuestra madre interna, con lo femenino y con la vulnerabilidad, y también con el hecho de estar más susceptible a los estados de ánimo de otras personas… porque en este momento somos muy permeables a los demás.

la luna llena y el cuerpo

Al mismo tiempo, es un momento en el que nuestra concentración creativa es muy potente y nuestro cuerpo tiene una mayor flexibilidad. Esto, unido a que probablemente podemos estar reteniendo líquidos y sentirnos algo hinchadas, hace que la práctica corporal en esta etapa deba ser muy consciente y suave.

En algunas tradiciones yógicas, los días de luna llena se deja la práctica física a un lado y recomiendan dedicar estos momentos a la meditación y a la practica lenta, consciente y calmada.

Sé prudente y respetuosa con tu cuerpo, no lo sometas a grandes esfuerzos los días de luna llena.

Es un día maravilloso para centrar tu energía y conectar contigo a través de la meditación. Cuando meditamos se apagan nuestros cinco sentidos y se enciende el sentido interno. De este modo, logramos centrarnos, equilibrarnos, tomar distancia de los hechos, encontrar la manera de estar en paz y tomar conciencia de las emociones que están emergiendo en este momento. Que nos están dando mucha información sobre nosotras mismas y la capacidad que tenemos de conectar con nuestra energía creativa y nuestra capacidad de manifestación.

Durante estos días medita en la profunda experiencia de volver a casa, a tu útero, a tu centro de creación y poder… a tu esencia…

la luna llena y las mejores prácticas corporales

Las mejores prácticas corporales que puedes realizar durante los días de luna llena, además del saludo a la luna o Chandra Namaskara (que te recomiendo realizar bajo la luz de la luna), es la oración con el cuerpo o Body Prayer, una secuencia suave de cantos de mantras acompañada de mudras.

También te recomiendo las danzas con el elemento agua, que te van a permitir mover las emociones estancadas y aquellas emociones densas que puedan estar surgiendo en esta fase de la luna, para canalizarlas y darles una vía de salida.

Todas estas prácticas las encuentras en La Espiral, la membresía de la Rosa Mística, y puedes realizarlas a tu ritmo, en casa, según tus necesidades cíclicas y cambiantes.

este artículo se publicó por primera vez el 24 de febrero de 2021.

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La luna y el cuerpo | Prácticas corporales para la luna nueva

La semana pasada te contaba que nuestro cuerpo se ve influenciado por la luna y cómo nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestra capacidad de concentración van cambiando al ritmo que lo hace ella. Y si en la píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana de la semana pasada hablábamos de la luna menguante, en esta nueva entrega me gustaría hablarte de la luna nueva, de su influencia y de las mejores prácticas corporales que podemos realizar durante estos días. 


Hoy es luna nueva y para mi es un día especial. Me gusta respetar la influencia de la luna en mis prácticas diarias. Por un lado, porque mirar al cielo y seguir el ciclo lunar me recuerda que mi naturaleza es cíclica también y me da la oportunidad de observar, amar y respetar mi ciclo cambiante. Y, por otro lado, me hace recordar que formo parte de algo más grande que mi día a día, marcado por el estrés y el atropello de imágenes, ruidos, olores y sabores que pasan a una velocidad de vértigo…Volver la mirada a la luna me hace parar y conectar de nuevo con mi esencia.

Durante las últimas semanas te he ido compartiendo prácticas corporales para conectar con la energía receptiva, sutil y femenina que simboliza la luna. Tienes a tu disposición el Saludo a la Luna o Chandra Namaskara y una serie de consejos y prácticas para los días de luna llena y luna menguante. En esta píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana quiero profundizar un poquito más en los cambios que experimenta nuestro cuerpo durante la luna nueva y proponerte las mejores prácticas para realizar en estos días.


¿No puedes quedarte a ver el vídeo? Escucha esta píldora en formato podcast:

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la luna nueva y las emociones

El agua es el principal componte de nuestro cuerpo. La luna influye en nuestras aguas internas al igual que lo hace en las aguas de nuestro planeta, dando forma a las mareas. A lo largo de sus diferentes fases experimentamos cambios emocionales, diferencias en la capacidad de concentración, en nuestra respiración y también en la flexibilidad de nuestro cuerpo.

El agua es además el elemento que rige nuestras emociones. Por eso, en las diferentes fases de la luna nuestras emociones fluctúan y, si somos conscientes de estos cambios, podemos abrazarlos desde la compasión y el amor hacia nosotras mismas. Sin exigirnos ser siempre las mismas y sin frustrarnos por los cambios que experimentamos.

Durante la fase en la que la luna desaparece del firmamento las mareas están tranquilas, igual que nuestras emociones. En este momento me gusta diferenciar dos fases distintas, pero relacionadas entre sí: la luna oscura, que es el final de un ciclo y el momento de mayor introspección, y la luna nueva, que simboliza el inicio de un nuevo ciclo y el momento en que la luz de la luna comienza a emerger.

A un nivel emocional estos momentos son también algo diferentes.

En la luna oscura estamos en «nuestra cueva». Vamos hacia el interno para reflexionar sobre el ciclo que termina y todo aquello que nos ha enseñado. Nos enfrentamos al vacío que dejan las cosas de las que nos hemos desprendido. O reflexionamos sobre el mejor modo de transformar aquello que durante la fase anterior nos ha pedido un cambio.

Puede ser un momento muy desafiante porque puede traer algo de tristeza a nuestras vidas. Al fin y al cabo, estamos transitando un duelo por aquello que ya murió y es muy importante abrazar esta emoción, sostenerla, danzar con ella…

Es una etapa crucial porque no nos han enseñado a sostener estos vacíos y los llenamos de mil cosas, conductas aprendidas, pensamientos e ideas… que nos impiden realmente aprender de las situaciones que se han mostrado, para no caer de nuevo en el mismo patrón.

Durante la fase de la luna nueva empezamos a salir de la cueva y sembramos las semillas de todo lo nuevo que deseamos ver manifestado en nuestra vida.

Para ello es importante haber transitado bien la fase de la luna oscura, porque necesitamos el vacío para crear. Si quieres saber un poquito más sobre esto, te invito a leer el artículo La terapia del útero | Qué es y cómo puede ayudarte.

La luna nueva es un momento en el que meditamos y visualizamos nuevos futuros y todo aquello que deseamos crear en el ciclo que se inicia, para poder ponerlos en acción durante la fase de la luna creciente. Es además un momento de profunda conexión con lo divino porque es desde allí, desde el gran útero de la Madre cósmica, desde donde sembramos todo lo nuevo que deseamos crear en nuestra vida.

Si nos permitimos esta fase de introspección emocional nuestras capacidades creativas crecerán enormemente, igual que lo hará nuestra energía vital.  

la luna nueva y el cuerpo

Durante la fase de la luna nueva nuestro cuerpo se recarga de prana, de energía vital. Y por eso necesitamos darnos tiempos de descanso y nutrición, para iniciar un nuevo ciclo con salud y vitalidad.

En este momento se reduce nuestra flexibilidad, por lo que es importante no pedirle al cuerpo una práctica física muy exigente e intensa, ya que nuestros ligamentos y articulaciones están menos hidratados que en otras fases. Lo más importante de este momento del ciclo es permitir que tu cuerpo descanse para renacer de nuevo con los primeros rayos de luz lunar, llena de fuerza.

la luna nueva y las mejores prácticas corporales

La luna nueva es un buen momento para dirigir nuestra energía hacia una práctica meditativa profunda y reflexiva acerca de algún aspecto concreto para recibir una solución o la ayuda de nuestros guías.

Es además un buen momento para iniciar una nueva rutina y una práctica disciplinada y estructura que podamos ir desarrollando durante el ciclo que se inicia.

El Chandra Namaskara

Al ser una práctica de movimiento hacia adentro y levemente tranquilizante, es una de las mejores opciones para esta fase. Si la realizamos de forma lenta y consciente, con devoción y gratitud a la divinidad femenina, esta práctica se convierte en una plegaria de cuerpo entero.

También nos van a ayudar aquellas prácticas de Womb Yoga que nos permitan conectar con la energía yin y el silencio, con posturas que favorezcan la interiorización para ir aprendiendo a reconectar con la esencia de la energía femenina y nuestro interno. Estas prácticas nos van a permitir entender cuáles son nuestras necesidades para el nuevo ciclo y también nos van a permitir conectar con las nuevas creaciones que pulsan por manifestarse.

Los pranayamas que nos llevan hacia abajo, para anclarnos, las danzas con el elemento tierra, para enraizarnos, y las danzas meditativas, para conectar con el elemento éter y las energías divinas, son nuestras grandes aliadas para estos días de luna oscura.

Estos consejos son aplicables tanto en los días de luna nueva, si has entrado en tu segunda primavera (menopausia) o te han extirpado el útero, como durante la fase menstrual.

Y recuerda que puedes encuentrar todas estas prácticas corporales en BodyLAB, la comunidad online de Habitarte cíclica.


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