Ostara es la tercera festividad de la Rueda Medicina de Gaia y con ella celebramos el Equinoccio de Primavera y la entrada del Sol en Aries, que marca el inicio de un nuevo año astrológico.
En la Rueda Medicina de Gaia, el Equinoccio es un tiempo donde se produce un equilibrio entre la luz y la oscuridad. A partir de este momento, entramos en un periodo de tres mes, donde reinará la luz, cuando atravesamos el equinoccio de primavera, o reinara la oscuridad, cuando atravesamos el equinoccio de otoño.
En el Hemisferio Norte, Ostara se celebra entre el 20 y el 23 de marzo y es la primera festividad de la luz. Un momento en que la vida emerge desde las entrañas de la Madre Tierra. En el Hemisferio Sur, sin embargo, ahora se está produciendo la entrada a Mabon, el equinoccio de otoño, que es la primera festividad de la oscuridad, el momento en que la energía de la Madre Tierra se repliega hacia adentro. Luz y oscuridad se equilibran en este momento, y todos estamos sintiendo la entrada del Sol en Aries.
OSTARA Y LOS MISTERIOS DE LA RESURRECCIÓN
En la tradición católica, durante el mes Aries celebramos la Semana Santa, en la que se conmemora la antigua tradición de los Misterios de la Resurrección. Un dios como Dumuzi, Osiris, Dionisos, Quetzalcoalt o Jesucristo, muere sacrificado en la cruz del útero para resucitar a través del amor de la diosa, que le asiste como partera. Y así ambos, unidos en un abrazo que va más allá del tiempo y el espacio, renuevan el orden cósmico y natural de la creación.
En esta época del año era tradicional regalar huevos pintados con colores brillantes para representar la fertilidad y la protección del Útero de Gaia. Es la imagen de la semilla plantada en la tierra que está a punto de quebrar su cáscara de protección y lanzarse a la aventura de conocer el mundo subterráneo, enraizarse en el mundo sobre la tierra y tratar de alcanzar el cielo con sus ramas.
Huevos y semillas tienen todas las posibilidades de llegar a ser algo, de materializarse. De nuestra voluntad depende el poder concretarlas.
Durante el Solsticio de Invierno, si participaste en el curso online El Grial, recuerda que sembramos en nuestros úteros las semillas de todo aquello que deseábamos ver manifestado en nuestra vida. Y te decía que los tres meses siguientes era un tiempo gestación, de cuida y nutrir esas semillas, y también de hacer un trabajo interno para transformar nuestro sistema de creencias, patrones y energías internas que bloquean nuestra capacidad de manifestación y nos impiden abrazar nuestra soberanía creativa.
Ahora, como ocurre en la naturaleza y en el cosmos, nuestros deseos cobrar vida y lo hacen a través del fuego sagrado que simboliza Aries.
Aries nos ofrece la fuerza y la magia de los inicios, la conexión con nuestra energía vital, con nuestro impulso sexual, y nuestra fuerza de voluntad para actuar y llevarnos a la acción, con enfoque, claridad y dirección para materializar todo aquello que gestamos en los meses anteriores. Nos invita a abrazar nuestro poder de creación y pone nuestro deseo en acción. Nos dice que es tiempo de florecer.
ARTHA, LA DIOSA DE OSTARA EN LA RUEDA DE AVALON
En la Rueda de Avalon, la diosa asociada con el Equinoccio de Primavera es Artha. Artha es la Madre del Fuego, y nos inicia en las enseñanzas del fuego que emerge de las entrañas de la Tierra y también del fuego cósmico que llega desde las estrellas.
Artha es la antigua Madre Osa totémica que está representada en la constelación de la Osa Mayor. A ella se rendía culto en el círculo megalítico de Stonehenge, en Inglaterra, en esta época del año.
Desde tiempos prehistóricos, la osa era un animal asociado a la Gran Diosa Madre porque tenía el hábito de esconderse en una cueva al llegar el invierno y salir poco antes de la primavera con una camada de oseznos. La entrada en una cueva, que presenta desde antiguo el espacio del útero de Gaia, cuando la naturaleza muere y su posterior renacimiento poco antes del rebrotar de la primavera con un par de crías, se asoció pronto con la fertilidad cíclica de la naturaleza y con la gran diosa.
OSTARA, LOS MISTERIOS DEL ÚTERO Y LOS RITOS DE LA SANGRE
Cuentan las fuentes antiguas que las doncellas griegas consagraban a la diosa Artemisia un paño con la sangre de su primera menstruación y, en ese momento, eran iniciadas en los misterios femeninos en el santuario de la diosa en Braurón. Esta iniciación se prolongaba cinco año y, durante esta época, como doncellas iniciadas, eran llamadas arktoi, que significa “oseznas».
Esta tradición también nos recuerda a las carpas rojas donde las antiguas sacerdotisas, durante el equinoccio de primavera, celebraban el rito de paso de la menarquia de las niñas de sus comunidades y eran iniciadas en los misterios del útero y los ritos de la sangre.
Si un año fuera una vida entera, el equinoccio de primavera sería nuestra entrada a la adolescencia. Se trata de un rito de paso muy importante porque no sólo habla de los cambios físicos que se producen en nuestro cuerpo de mujer, también es una etapa de nuestra vida en la que buscamos la independencia de nuestro núcleo familiar y la individualización, el descubrimiento de los rasgos de muestra personalidad que nos hacen únicas, nos hacen brillar y a través de las que nos presentamos al mundo.
Y aquí la contención de nuestra energía masculina interna es clave porque es la que nos va a permitir encontrar nuestro propio lugar y nuestra propia voz, tomar decisiones, establecer límites, hacerse valer, creer en una misma y caminar en belleza y libertad.
OSTARA, EL ARQUETIPO DE LA GUERRERA Y LA MUJER SOLAR
Ostara en un momento de la Rueda Medicina de Gaia que nos conecta con el arquetipo femenino de la guerrera y la mujer solar dentro de nosotras.
Rescatar el poder de las diosas solares, como Sekhmet, Pele, Mama Willca, Inri Wara, Antuk, la Mujer Búfalo Blanco o la Mujer Jaguar, nos ayuda a despertar nuestras propias energías Yang como mujeres, sin necesidad de volvernos masculinas.
Para lograrlo es precioso aclarar que nuestra labor no consiste en devolver el equilibrio entre Yin y Yang en el mundo. Las energías son poderosas en sí mismas y no necesitan de nuestra intervención para estar equilibradas entre sí. De hecho, su naturaleza es tender siempre al equilibrio y la armonía.
Somos nosotras las que debemos aprender a caminar entre ellas, a danzar con ellas, y a conducirlas de un modo balanceado dentro de nosotras para producir una auténtica unión alquímica, tanto en nuestro propio interior como fuera de nosotras, con todas nuestras relaciones. Y para eso debemos, de algún modo, trascender la herida de separación que dejó el patriarcado en mujeres y hombres.
Tener claro este concepto es especialmente importante en este tiempo de primavera, en el que los egos surgen ansiosos por obtener reconocimiento y brillar en el mundo. Al igual que la “niña renacida” que somos, el ego es la parte más joven de nuestro ser y necesita ser llevado de la mano con compasión y cariño. Necesita que lo eduquemos del mismo modo que una madre amorosa lo haría con un hijo travieso, demandante y egocéntrico, tal como son muchas veces los niños, si no les prestamos la atención amorosa, pero al mismo tiempo firme, que necesitan y merecen.
Los guerreros solares son un ejemplo de esta energía. Necesitan mostrar su autoridad, su valentía, su superioridad y su competitividad. Y, en su camino por obtener la fama, el reconocimiento y la riqueza, dejan un tendal de victorias sembradas de dolor, desolación, separación y muerte.
Las mujeres solares, en cambio, no desean ubicarse en el centro del universo, sino que buscan estar asentadas en su propio centro e irradiar desde ahí toda su luz y sus rayos amorosos y vivificadores hacia los mundos que crean, sostienen e iluminan.
El fuego, al igual que todas las fuerzas de la naturaleza, puede generar vida, creatividad y calor o puede destruir y volverse incontrolable. La diferencia está en cómo elegimos situarnos frente a esta energía.
Para acompañarte a conectar con tu guerrera de luz y tu mujer solar he creado un retiro online muy especial: Bloom, el renacer de la mujer solar.
Durante dos días, el 6 y 7 de abril, te invito a entrar en la carpa roja especial que he preparado y convertirte en una arktoi, para ser iniciada en los misterios de la resurrección, los misterios del útero y los ritos de la sangre.
✨El primer día prepararemos nuestro cuerpo. Realizaremos una purificación del karma sexual y un detox uterino, para mover las energías estancadas de tu útero y tu corazón. Y así poder sanar la herida de separación con tu energía masculina interna para que puedas brillar con propia luz y desde tu voz auténtica.
✨ El segundo día lo dedicaremos a despertar a la mujer solar en ti y activaremos el útero virgen para que irradies todo tu potencial desde la diosa encarnada que siempre has sido, eres y serás.
Si sientes la llamada, ¡te espero en el templo!
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