Hace un año, más o menos, compartía un directo en Instagram con Valeria del Real sobre sexualidad sagrada y ella hacía una diferenciación entre sexo, sexualidad consciente y sexualidad sagrada, que me encantó, y que me gustaría retomar con mis propias palabras.
El Sexo es el intercambio carnal entre dos sujetos, entre dos personas. Puede haber amor, puedo no haberlo… Puede incluso darse desde la violencia, el encuentro casual… En esencia sería la unión sexual de dos cuerpos.
La Sexualidad consciente se empieza a dar cuando comenzamos a darnos cuenta que nuestro cuerpo es nuestro territorio personal y que nos corresponde a cada uno de nosotros respetarlo, cuidarlo, conocerlo, explorarlo… Y, desde ahí, hacer elecciones, poner límites, decir lo que quiero o no quiero, abrirnos o no a experimentar nuevas cosas…
La Sexualidad consciente tiene que ver con esta capacidad consciente de hacerme cargo de mi propio placer y de mi ser completamente.
Con la Sexualidad Sagrada damos un paso más y es cuando comenzamos a entender que el cuerpo es una herramienta de evolución.
Para la Sexualidad Sagrada nuestro cuerpo es un templo donde habita un ser de luz que ha olvidado su origen divino. La energía sexual será entonces esa gran llama que reactiva nuestras memorias, tanto celulares como energéticas y espirituales.
Despierta nuestro segundo chakra, abre nuestro corazón y enciende nuestra pineal para, finalmente, activar nuestro cuerpo de luz o cuerpo crístico y recordar… que encarnamos el Paraíso en la Tierra y que somos la historia de amor entre el Cielo y la Tierra.
1 Comentario
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