Tantra para principiantes | Claves para entender qué es el Tantra

El Tantra está de moda. Congresos sobre sexualidad sagrada, artículos en revistas, libros, programas de radio, talleres y retiros de fines de semana, publicaciones en redes sociales… nos bombardean de forma constante, todos los días, a todas horas… Y el Tantra puede, desde luego, alegrar nuestra vida sexual y llevarla a niveles desconocidos hasta ahora en nuestra vida, mejorar nuestra salud e incluso guiarnos en el camino de la iluminación. Pero muy poca gente se para a explicar la transformación que se produce en aquellos que se adentran en la verdadera esencia del Tantra.


En esta nueva píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana nos adentramos en esta filosofía milenaria. Te ofrezco algunas claves para entender qué es realmente el Tantra más allá de la sexualidad.


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Qué es el Tantra

El Tantra es un camino místico y espiritual que nace en la India. Y este es el principal problema que nos encontramos cuando intentamos definir qué es el Tantra. Porque lo hacemos desde un punto de vista occidental y desde un marco cultural muy diferente, que nos impide entender los principios orientales en los que se basa.

El Tantra surgió dentro de una sociedad matrística, anterior incluso al Hinduismo, donde el principio femenino gobernaba y regía la vida. Para esta sociedad toda la existencia estaba en conexión con lo divino y la vida era un continuo ciclar que incluía su polaridad, la muerte. Era además una cultura devocional y ritualista. Una cultura que consideraba que toda la existencia era sagrada porque contenía la chispa de lo divino. Desde una hormiga hasta un ser humano pasando por los árboles, las plantas y todos los animales que viven en la tierra. La naturaleza era una extensión y una representación de la Gran Diosa y de su enorme capacidad de creación.

En Occidente, sin embargo, nos movemos en un marco cultural judeocristiano y patriarcal. En una sociedad materialista y consumista que vive un tiempo lineal y que enfatiza el individualismo. No entendemos realmente el significado de lo sagrado y lo ritual, y vivimos en una dualidad y una separación constante. Por eso nos cuesta tantísimo entender el significado del Tantra y lo reducimos a la sexualidad.

El Tantra como esencia de la vida

El Tantra es una vía mística que persigue lo mismo que persiguen otros caminos espirituales: la plenitud, la felicidad y la dicha de quien lo practica. Sin embargo, el Tantra presenta tres diferencias básicas con respecto a otras vías de iluminación:

  1. El Tantra no excluye el cuerpo. Nos pide que experimentemos a través de los sentidos y en el momento presente, aquí y ahora, que es, en realidad el único tiempo que existe.
  2. El Tantra permite un viaje a dos. No nos pide que nos retiremos del mundo y nos vayamos a una cueva a iluminarnos. Antes bien, entiende que la experiencia vital, el desarrollo pleno del alma, se produce en el contexto de las relaciones. Y entiende las relaciones en un sentido amplio que, por supuesto, incluye las de pareja. Podemos decidir hacer este viaje de descubrimiento que nos propone el Tantra solos o en pareja. O mejor dicho. Podemos hacerlo solos y, después, en pareja.
  3. El Tantra utiliza la energía sexual para entrar en estados alterados de conciencia. Y esto es precisamente lo que no se conoce o no se suele decir del Tantra, porque estamos condicionados por el modo en que entendemos la sexualidad en Occidente.

Nuestra educación sexual, marcada por el tabú judeocristino, se realiza normalmente desde la represión y desde el rechazo, o desde el ejemplo que nos proporciona la pornografía. No existe realmente una educación sexual que nos explique cómo funciona nuestro cuerpo, cómo experimentamos placer y cómo abrirnos al otro desde el corazón y no desde la genitalidad.

Durante nuestra adolescencia en casa, muy probablemente, no se hablaba de estos temas. Y esto es algo que no pasaba en esa sociedad tántrica de tradición matrística, donde existían espacios en los que se enseñaban los diferentes ritos de paso por los que atravesamos mujeres y hombres, entre ellos, las relaciones sexuales.

La obsesión por el sexo basado en la búsqueda del orgasmo impide que veamos el Tantra como lo que realmente es: la esencia de la vida. Para entender el Tantra debemos ampliar nuestros horizontes y entender la energía sexual como una energía de vida y una energía de creación, que va más allá del placer físico.

El Tantra no es sexualidad. Pero tampoco la excluye. Y como en Occidente estamos tan obsesionados con la sexualidad porque ha sido un tema tabú durante más de dos mil años, reducimos el Tantra a la sexualidad. Y ya, para rizar el rizo, ni siquiera entendemos qué es eso de la sexualidad sagrada, porque se nos escapa por completo el concepto de sacralidad. Para el Tantra la sexualidad forma parte del viaje de autodescubrimiento y desarrollo espiritual de una persona. Pero hay mucho más.

Shiva y Shakti: los principios de la vida

Para el Tantra, como para el Taoísmo, toda la existencia se construye a través de la danza de dos principios universales que llaman Shakti y Shiva, o Yin y Yang. Shiva es la conciencia divina y representa las cualidades de la energía masculina (que no del hombre). Shakti es el fuego creativo y sagrado, y representa la energía femenina (que no de la mujer).

Esta polaridad la podemos observar tanto en la naturaleza como dentro de cada uno de nosotros, y todos los desequilibrios que existen y el sufrimiento que sentimos, se explican porque estas dos energías están en dualidad.

Para explicar la relación que existe entre estas dos energías, las comunidades de las sociedades tántricas recurrían, como otras muchas, a personificarlas en dioses y a desarrollar un cuento o un mito entre ellos. Para la tradición tántrica, Shiva y Shakti vivían en una montaña y, un día, Shakti –curiosa ella– le hace a Shiva, la conciencia divina, preguntas transcendentales como quién soy, qué hago aquí, qué sentido tiene el sufrimiento.

Shiva sabía que las grandes preguntas no se podían explicar a través de la mente. Las grandes preguntas tenían que encontrar su respuesta a través de la experiencia. Y, por eso, Shiva le regaló a Shakti 112 meditaciones para que ella pudiera experimentar y encontrar su verdad. Y de ahí, nace el Tantra.

Shiva y Shakti en nuestro cuerpo

En nuestro cuerpo, Shiva está situado simbólicamente en nuestra glándula pineal, entre el séptimo y el sexto chakta; mientras que Shakti es una serpiente enroscada en la base de la columna vertebral, en los hombres, y en el útero, en las mujeres, entre el primer y el segundo chakra.

La tendencia natural de Shakti es ir a fusionarse con su amado Shiva y, para ello, asciende por la columna vertebral y va disolviendo todos aquellos bloqueos que se encuentra en el camino y que le impiden llegar. Estos bloqueos tienen mucho que ver con el miedo, el ego y las emociones densas.

Shakti es la energía más poderosa que tenemos y hay que saber manejarla bien. Si encendemos nuestra energía sexual sin ponerle conciencia (es decir, sin que Shiva esté despierto), puede llegar a ser muy destructiva. Por eso, es importante siempre que te acompañes de la mano de un profesional que sepa guiarte a través de los ejercicios que te propone el Tantra.

Para concluir…

El Tantra es una filosofía que trata de unir lo que está separado porque entiende que es precisamente esta separación lo que nos hace sufrir. La tendencia natural de Shiva y Shakti es fusionarse para crear la vida. Y, para ello, el Tantra plantea dos modos de hacerlo:

  1. Desde la conciencia. Podemos trabajar con Shiva y poner luz a todos aquellos patrones y creencias limitantes que nos llevan al sufrimiento y nos impiden desarrollar todas nuestras capacidades.
  2. Desde el cuerpo. Podemos trabajar con Shakti, la energía sexual y, a través de la respiración y el movimiento, despertar el fuego sagrado que te lleva a destruir todas aquellas corazas que te impiden gozar de una vida plena. Y este es precisamente el trabajo que te propongo desde Habitarte cíclica.

Puedes entrar al mundo del Tantra y sus enormes beneficios por cualquiera de estas dos vías, porque una te llevará a la otra. Su tendencia natural es fusionarse, unirse y crear vida.


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La niña interior mágica | Conectar con nuestros dones y talentos

Nuestra niña interior mágica es aquella parte de nosotras mismas que se siente amada, nutrida y honrada por ser tal y como es. Cuando conectamos con ella, nos llenamos de alegría, espontaneidad, vitalidad y amor propio. Y esto se irradia a todas las áreas de nuestra vida.

En la píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana que hoy te traigo, hablamos de este arquetipo femenino que habita en el corazón de nuestra propia alma y que es nuestra esencia más genuina.

Esta píldora incluye (en el formato podcast) una pequeña visualización y una danza. ¡Espero que la disfrutes muchísimo!

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En la píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana de la semana pasada hablábamos de la niña interior herida y de cómo, al saber escucharla, podemos reconocer el modo en que podemos estar autosaboteando nuestra propia felicidad. Esta semana me gustaría hablar de la niña interior mágica.

Nuestra niña interior mágica es aquella parte de nosotras mismas que se siente amada, nutrida y honrada por ser tal y como es. Cuando conectamos con ella, nos llenamos de alegría, espontaneidad, vitalidad y amor propio. Y esto se irradia a todas las áreas de nuestra vida.

Nuestra niña interior mágica tiene la llave de nuestra felicidad porque es nuestra esencia más pura, aquella parte de nuestra alma que aún no ha sido dañada, que permanece como en un estado neutro en el que existen todas las posibilidades.

Lo que pasa es que a medida que crecemos y nos vamos haciendo adultas, vamos enterrando a esa niña interior mágica bajo máscaras y corazas que en su momento fueron muy necesarias para que pudiéramos sobrevivir, pero que ahora nos ahogan  y nos aprisionan… y nos alejan de esa niña que fuimos, capaz de vivir en el momento presente, expresar sus sentimientos abiertamente, abrir su corazón, ser juguetona, entusiasta y estar llena de vida y energía.

Cuando nos preocupamos por volver a conectar con nuestra niña interior mágica, empezamos a recuperar nuestra verdadera esencia y conectamos con nuestros dones y talentos, que son únicos para cada una de nosotras y que son los regalos que hemos venido a ofrecer al mundo.

Si la semana pasada te decía que es relativamente fácil reconocer las voces de nuestra niña interior herida, especialmente si somos capaces de tomar responsabilidad y ver nuestra propia vida desde una mirada de águila. Saber cuáles son tus dones y talentos también es una tarea relativamente sencilla, siempre y cuando seamos capaces de establecer un diálogo interior con nosotras mismas… y recordar.

Piensa en aquello que se te daba realmente bien cuando eras niña, aquello que realizabas sin esfuerzo y que te mantenía ensimismada, centrada, alegre, vital… porque esos son tus dones y talentos, y es además parte de tu misión.

Y parte de tu responsabilidad como mujer adulta es volver a retomar esos regalos, que son únicos para cada una de nosotras, y ofrecérselos al mundo.

No tiene por qué ser una única cosa. Te hablo un poco de mi experiencia. Cuando tenía 10 años escribí un cuento. Diseñé cada una de las páginas, dibujé las ilustraciones, cada una de esas ilustraciones tenía su pie… me ocupé de hacer la portada y hasta la página de créditos… y lo encuaderné… De adulta, y durante más de 15 años, mi actividad profesional se centró en la edición de libros. Editaba y diseñaba libros de arte. Es uno de mis talentos y lo sigo utilizando ahora para todos los contenidos que genero desde la escuela.

Otro de los lugares en los que me encontraba realmente segura era el cuerpo.

Mover el cuerpo a través de la música y la danza, hacia que volviera a mi y me mantuviera centrada… también me permitía establecer una relación intuitiva con mi cuerpo y entender los mensajes que me envía.

Para mi era muy importante seguir un ritmo, mi propio ritmo, y estar en contacto con el mundo a través de los cinco sentidos y el cuerpo. Ahora lo que hago es acompañar a otras mujeres a volver a reconectar con sus cuerpos desde el goce y el placer. Es algo que se me da bien de forma natural. Es parte de los dones que yo he venido a ofrecer al mundo.

Durante mucho tiempo estuve desconectada de estos dones y muy desconectada de mi esencia, y esto me hacia estar fuera de mi y esperar que otros me dijeran que era lo que tenía que hacer con mi vida. Volver a conectar con mi niña interior mágica y volver a recuperar esas partes olvidadas de mi misma, me llevó a conectar de nuevo con esos dones y encontrar la manera de poder ofrecérselos al mundo.

Para cada una de nosotras este viaje de reconexión con nuestra niña interior es diferente. En la escuela online tienes un mapa, la Rueda de Ana,  la rueda medicina de la diosa, que te puede servir de anclaje y que recoge mi experiencia. Mes a mes, año a año, aprendemos a ir soltando capas y condicionamientos que nos impiden conectar con nuestra esencia y con los dones y talentos de nuestra niña interior… para abrirnos a la vida desde la inocencia, la espontaneidad y la alegría.

Las voces de nuestra niña interior

Nuestra niña interior tiene la clave para nuestra realización personal y nuestra felicidad porque en ella reside todo nuestro potencial. Por un lado, guarda las memorias de nuestra alma y de aquello que hemos sido. Y, por otro lado, recoge todos nuestros dones y talentos, y todo lo que podemos llegar a ser. A un nivel espiritual, es la semilla de la Diosa en cada una de nosotras, y aprender a escuchar el modo en que se comunica con nosotras es parte de nuestro camino de desarrollo personal.

En esta nueva píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana hablamos sobre nuestra niña interior. Y el modo que ella tiene de comunicarse con nosotras.

Es una píldora que hago en respuesta a las dudas que me habéis ido planteando en esta comunidad de mujeres conscientes que estamos creando juntas.

Espero que te ayude y disfrutes de ella… y ya sabes, si tienes cualquier pregunta ¡te leo en los comentarios!

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Esta nueva píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana que hoy te traigo es una respuesta a las dudas que me habéis ido planteando en esta comunidad de mujeres conscientes que estamos creando juntas.

En concreto es una respuesta a la pregunta que me hacía Eva Fernández sobre: ¿Cómo saber qué hay que sanar? ¿Cómo liberarnos de las heridas?

A esta segunda pregunta te diré que el mejor modo de sanar una herida es poniendo mucha luz y mucha conciencia, y sabiendo escuchar las voces de nuestra niña interior.

La niña interior tiene la clave para tu realización personal y tu felicidad porque en ella reside todo tu potencial.

Por un lado, guarda las memorias de nuestra alma y de aquello que hemos sido. Y, por otro lado, recoge todos nuestros dones y talentos, y todo lo que podemos llegar a ser. A nivel espiritual, es la semilla de la diosa en cada una de nosotras.

El problema es que todas, absolutamente todas, hemos sufrido de pequeñas porque el amor y la atención que recibimos no se adecuaba a lo que necesitábamos. Eso siempre causa algún tipo de daño emocional.

Los adultos no estamos preparados para cuidar y amar a los más pequeños porque también somos mayores hambrientos de amor y cuidado. Por eso es tan sanador hacerte responsable de ti misma, desde la adulta que eres conectar con tu niña interior, y poner toda tu atención y conciencia en atender todas sus necesidades no satisfechas.

La niña interior tiene un modo muy directo de hablarnos: en aquellas áreas o facetas de tu vida que no funcionan como a ti te gustarían, allí la niña interior tiene algo que decirte.

Esto es así porque la niña interior es el conjunto de todas nuestras potencialidades en estado puro y, por tanto, desde ellas alcanzaríamos la realización en y todas las áreas de la vida. Cuando en una o varias de estas áreas no conseguimos vivir plenamente, entonces nuestra niña interior herida está alzando su voz para que sea escuchada.

Aunque todas encarnamos con talentos y potencialidades únicas, ya desde el útero de nuestra madre comenzamos a interiorizar toda una serie de patrones, creencias, sentimientos, emociones y actitudes… que proceden de lo que vamos integrando al relacionarnos con los otros. Y a medida que crecemos vamos generando una serie de corazas para proteger a nuestra niña interior y ese tesoro único que tenemos dentro.

Y es ahora, en la edad adulta, que todas nuestras relaciones tienen el cometido de despertar todo ese material inconsciente que está en nuestro interior para que podamos mirarlo y sanarlo, si es necesario. Nos sirven de espejo para que comencemos a romper esas corazas.

Y cuando hablo de relaciones no solo me estoy refiriendo a personas. También es la relación que tienes contigo misma, con tu cuerpo, la casa en la que vives, el coche que conduces… ¿Te ocupas de ti misma? ¿Tienes una buena alimentación? ¿Una buena higiene? ¿Eres capaz de conectar con tu belleza? ¿Descuidas tu casa, el arreglo del coche?

Por su puesto, las relaciones incluyen tu entorno más cercano: tu pareja, tus hijos, tus padres, tus amigos, tus compañeros de trabajo… ¿entras fácilmente en conflicto con ellos? ¿Reaccionas y creas separación? ¿Cuándo algo te hace saltar todos los resortes eres capaz de ver tu parte de responsabilidad? Porque ahí la herida se está abriendo y te está mostrando el modo que tienes de autosabotear tu propia felicidad.

La primera pregunta que me hacía Eva era cómo poder sanar esas heridas. La única respuesta que yo puedo darte, desde mi experiencia, es ponerle mucha luz, mucha conciencia y mucho amor.

Cuando empezamos a vivir desde la ciclicidad, no sólo de nuestro cuerpo de mujer, sino también desde la ciclicidad de la tierra, podemos aprovechar los momentos en los que vamos hacia adentro, hacia la oscuridad para mirar esas sombras. A un nivel corporal este momento es muy claro: es nuestra fase pre-menstrual. Es el momento en que nuestra chamana, nuestra bruja interna nos está gritando que hay algo urgente que hay que atender, porque lo que ella quiere es que seas la mejor versión de ti misma, y que transformes a esa niña interior herida en la niña interior mágica que lo merece absolutamente todo.

Y si además acompañas esta observación con un registro mensual, esos patrones y heridas empezarán a emerger de un modo muy claro.

Rosa Mística