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Los aceites esenciales | La medicina de la naturaleza (III)

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Los aceites esenciales forman parte de las antiguas artes místicas femeninas. Son una de las herramientas fundamentales que utilizaban las mujeres sanadoras en las comunidades ancestrales, se basan en la medicina que nos aporta la naturaleza y, en muchas ocasiones, se acompañan del uso de piedras y cristales para potenciar sus beneficios. En este nuevo artículo te invito a adentrarte en el fascinante mundo de la Aromaterapia.

¿Qué son los aceites esenciales?

Los aceites esenciales son líquidos con grandes propiedades curativas que se crean en la estructura interna de las plantas aromáticas. Son los responsables del olor de estas plantas y, normalmente, se extraen por destilación en corrientes de vapor de agua, aunque existen otros métodos.

Su popularidad ha crecido enormemente en las últimas dos décadas; sin embargo, los aceites esenciales se han utilizado desde la Antigüedad y no se plantean únicamente como remedios para aliviar síntomas o dolencias físicas, sino que actúan de un modo holístico y abarcan también las dimensiones emocionales y espirituales del ser humano.

En general, persiguen el bienestar y el equilibrio de quienes los utilizan y el abanico de usos que se han dado a los aceites esenciales es muy amplio: desde un enfoque terapéutico hasta un uso casero, pasando por aplicaciones profesionales (en el ámbito de la estética o la fisioterapia). Desde antiguo jugaron, además, un papel muy importante en los rituales y en la espiritualidad de las comunidades.

¿Cuáles son los beneficios de los aceites esenciales?

Los aceites esenciales se eligen tanto por su perfume como por sus cualidades terapéuticas. Pueden tener un efecto calmante, estimulante, antidepresivo, equilibrante, antiviral, antibacteriano, desintoxicante, analgésico, tonificante, antiséptico, enraizador o edificante.

Cada aceite esencial tiene su propia medicina y es necesario conocer sus beneficios específicos. Además, debemos tener en cuenta que, aún siendo el mismo aceite, en cada persona actúa de un modo diferente.

Esto es así porque los aceites esenciales entran en contacto directo con nuestro sistema límbico o «cerebro emocional», sanando las heridas específicas de cada persona.

El sistema límbico es ese lugar donde guardamos nuestras heridas emocionales, traumas y miedos inconscientes. Cuando el cerebro límbico cree que estamos preparados para enfrentar ese recuerdo, lo lleva a un órgano o parte de nuestro cuerpo en forma de síntoma. Al aplicar el aceite esencial en esta zona, trabaja a un nivel celular y nos ayuda a tratar esas «heridas».

De este modo, podemos decir que los aceites esenciales trabajan en tres niveles: físico, emocional y espiritual.

¿Cómo se utilizan?

Los aceites esenciales son productos muy concentrados por lo que la cantidad y el modo en que los utilizamos son muy importantes.

No es recomendable utilizarlos directamente sobre la piel, porque pueden producir fuertes reacciones, ni deberíamos ingerirlos sin que medie un profesional que marque las pautas para hacerlo. De hecho, yo nunca recomiendo la ingestión de aceites esenciales.

Es necesario que se utilice siempre un aceite portador, como el de almendras o el de caléndula, y, sobre esta base, incluir como máximo 10 gotas del aceite esencial, aunque la cantidad dependerá de para qué se utilice y de si irá mezclado con otros aceites esenciales o no.

Es importante además tener en cuenta que no todos los aceites esenciales se pueden mezclar entre sí y es necesario conocer bien sus propiedades y sus incompatibilidades.

La calidad del aceite esencial depende de muchos factores. Sin embargo, a la hora de elegir el proveedor es muy importante tener en cuento varios parámetros:

  • La pureza: deben ser aceites esenciales puros al 100%, sin disolución ni mezclas con otros.
  • La identificación botánica: debe especificar el nombre botánico latino, para evitar errores y accidentes por confundirlo con otra planta.
  • La parte de la planta de la que se obtienen (corteza, hojas, raíces…)
  • El quimiotipo: la bioquímica específica del aceite esencial, la definición de las moléculas aromáticas que lo componen, como método de conocimiento de las cualidades terapéuticas del aceite.
  • El proceso de extracción: a veces encontramos aceites esenciales «quemados» o mal destilados, por lo que es importante tener en cuenta el modo de extracción que se ha utilizado para obtener buenos resultados en el tratamiento.

Si te decides a adentrarte en el mundo de los aceites esenciales, dos de las marcas que más me gustan son Pranarom y Terpenic.

Aceites esenciales para la mujer

Las mujeres tenemos en los aceites esenciales uno de nuestros grandes aliados y, en este artículo, vamos a ver aquellos que deberían formar parte de nuestro kit de autocuidado.

Aceites esenciales para el dolor menstrual

El aceite esencial de Salvia Romana provoca casi instantáneamente un alivio del dolor menstrual. Podemos utilizarla mezclando una cucharadita de cualquier aceite vegetal portador con dos gotas del aceite esencial y masajear con este preparado la parte baja del abdomen, directamente por encima de la línea del vello púbico. Si el dolor viene acompañado de molestias en la parte baja de la espalda, también podemos masajear esta zona.

Otra opción es hacer una compresa caliente, añadiendo a un cuenco de agua caliente unas gotas de Salvia Romana. Sumerge una toalla pequeña en el agua, sácala, escúrrela y aplícala en la parte baja del abdomen. Coloca la compresa directamente sobre la piel y permanece tumbada durante 15 minutos aproximadamente hasta lograr un alivio del dolor.

La Salvia Romana es también un regulador hormonal, lo que significa que, con el tiempo, las menstruaciones pueden volverse totalmente indoloras.

Aceites esenciales para el síndrome pre-menstrual

Para el síndrome pre-menstrual, además de la Salvia Romana, puedes utilizar Ylang-Ylang y Lavanda. En este caso, te recomiendo preparar un baño reparador y utilizar unas gotitas de estos aceites esenciales.

El aceite esencial de Rosa es excelente para calmar emociones exaltadas y, cuando se utiliza para controlar el síndrome premenstrual, su aroma reconfortante y sus propiedades curativas, pueden proporcionar un alivio inmediato. Y un truquito: si no tienes aceite de rosa, puedes probar también con los pétalos de la flor.

El aceite esencial de Milenrama, el de Jazmín y el de Neroli nos nuestros aliados para equilibrar nuestro sistema hormonal, reducir los síntomas de la menopausia, aliviar la retención de líquidos y el vientre hinchado.


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