Tealogía | El estudio de lo Divino femenino y el Feminismo espiritual

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La Tealogía es una rama del saber que se ocupa de investigar el arquetipo del Divino Femenino en las culturas antiguas. En las tradiciones aborígenes de todo el mundo y en las vivencias personales de las mujeres. A través de la arqueología, la mitología, las tradiciones populares, la psicología profunda, los símbolos y las imágenes sagradas.


El término Tealogía procede de la palabra griega «Tea», «Tía» o «Theia», que significa La Divina. Theia era una titana solar pre-olímpica. Hija de la diosa creadora Eurínome o Gea. El término Tealogía alude al estudio y el conocimiento de Tea: la Diosa, la fuerza y energía Primordial Creadora.

Se ocupa de investigar el arquetipo del Divino Femenino en las culturas antiguas, en las tradiciones aborígenes de todo el mundo y en las vivencias personales de las mujeres, a través de la arqueología, la mitología, las tradiciones populares, la psicología profunda, los símbolos y las imágenes sagradas.

La Tealogía recurre a numerosas y variadas fuentes escritas, objetos y sitios arqueológicos. Símbolos y ritos en los que pervive el lenguaje sagrado de lo Divino Femenino, considerado históricamente pre-patriarcal.

La Tealogía moderna afirma que la ancestral Diosa fue el centro religioso y cultural de nuestros antepasados sapiens. En el Paleolítico Superior y en las culturas agrícolas del Neolítico, del 20.000 al 3000 a.C., hasta la formación de las culturas e imperios clásicos de orientación masculina y la difusión del monoteísmo del Dios Padre (judeo-cristiano o islámico, por ejemplo).

En este sentido, la Tealogía analiza las tradiciones religiosas, occidentales y orientales, creadas en la antigüedad clásica para justificar el sometimiento de la mujer al varón y despojarla de sus funciones de sacerdotisa, gobernante y chamán, como son el mito de Eva, el de Pandora, el de Tiamat, o las leyendas sobre violación y muerte de diosas nativas en Europa y Medio Oriente.

La Tealogía moderna ha demostrado que las culturas y tradiciones sagradas que veneraron a la antigua Diosa Madre no fueron «matriarcados» donde las mujeres dominaran a los varones. Sino comunidades matrísticas en las que mujeres y varones reconocían un origen común en la deidad femenina primordial. Así, la Diosa Madre Creadora aparece acompañada de hijas, hijos y consortes divinos a los que otorga diferentes funciones y poderes. Al contar con diversidad de arquetipos sagrados, ambos sexos estaban representados y enaltecidos.

Desde mediados del siglo XX, arqueólogas e investigadoras en diferentes campos vienen desarrollando esta Tealogía. Respondiendo a la necesidad de la mujer de recuperar su arquetipo sagrado como parte de la identidad femenina, que colabore en la superación de los estereotipos de orientación patriarcal. Jane Ellen Harrison, Marija Gimbutas, Mary Daly, Bárbara Walker, Mónica Sjöö, Caitlín Matthews, Merlín Stone y Carol Crist, son algunas de las más destacadas representantes de la Tealogía.

Sus trabajos sobre la Diosa Creadora y la Trinidad Femenina (anterior a la masculina) con sus atributos de patrona del ciclo de vida muerte-regeneración, la justicia, el amor, la sexualidad, la ley ecológica, el gobierno comunitario y el destino, han influido en la emergencia del Feminismo Espiritual, que reconoce y celebra tanto los derechos de la mujer como sus poderes sagrados y espirituales.

En 1979, la feminista espiritual Naomi Goldenberg, en su obra El Cambio de los Dioses. Feminismo y el fin de las religiones tradicionales, propuso la utilización de la palabra «tealogía» para diferenciar este campo de investigaciones de la teología patriarcal. Starhawk, Vicky Noble y Susana Budapest, chamanas y sacerdotisas modernas, han creado celebraciones y liturgias que expresan los contenidos hermeneúticos de la Tealogía moderna.


Texto escrito por Analía Bernardo, investigadora de las tradiciones sagradas femeninas. Fotografía de Color Color Crescent para Unsplash.

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Alimentación y ciclo menstrual

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Alimentación y ciclo menstrual

Los alimentos que consumimos a lo largo de todo el ciclo ayudan a revenir o favorecer la aparición de ciertos síntomas o molestias durante la menstruación. En este artículo hablamos de aquellos que te harán bien y aquellos que deberías evitar.

Nuestros cuerpos de mujer nos piden vitaminas y minerales específicos según en que fase nos encontremos de nuestro ciclo. Al igual que nos ocurre con las estaciones del año, nuestros requerimientos nutricionales cambian dependiendo de la fases del ciclo menstrual en la que nos encontremos. La alimentación y el estilo de vida son las claves para mantener un buen estado de salud.

Fase menstrual: ¡qué viva el verde!

Nuestros días de sangrado son momentos en los que nuestro cuerpo realiza una depuración y una limpieza profunda. ¡Es nuestra fase detox!

Para favorecer este proceso es muy importante que bebamos más agua de lo habitual. Si tu sangrado es abundante o si te sientes más cansada de lo habitual, es probable que necesites aumentar la ingesta de hierro durante estos días.

Las principales fuentes de hierro son la carne y el pescado, los huevos camperos (que aportan también vitaminas E y D), las legumbres, los germinados y, en especial, las hojas verdes, como el kale, la col, la rúcula, las espinacas o las acelgas. Acompáñalas siempre de otro alimento que contenga vitamina C, como el limón, el perejil o el pimiento, para mejorar la asimilación del hierro.

Durante esta fase –y, en general, durante todo el ciclo– es importante también la vitamina D. Esta vitamina favorece la fertilidad, el equilibrio hormonal y las digestiones. Además, previene el proceso inflamatorio que produce dolor menstrual y favorece la absorción de calcio (que disminuye en esta fase debido a los estrógenos). La encuentras en alimentos como las semillas (sésamo, chía, lino), los frutos secos y, de nuevo, en las hojas verdes.

Contra los cólicos podemos ingerir alimentos ricos en calcio, magnesio y potasio, como las espinacas, las almendras o los plátanos. También son grandes aliadas la piña y la papaya, ricas en las enzimas bromelina y papaína, que ayudan a relajar los músculos.

En la medida que te sea posible, trata de evitar los alimentos refinados, azúcares, alcohol, teína/cafeína, tabaco, fritos, carnes rojas y bebidas gaseosas. Son alimentos inflamatorios y favorecerán el dolor menstrual.

Frente a ellos, incluye en tus comidas alimentos ricos en omega 3, como el salmón, el marisco o las nueces, que tienen efecto anti-inflamatorio y ayudarán a aliviar el dolor menstrual y la alta sensibilidad en el pecho.

Fase pre-ovulatoria y ovulatoria: ¡qué viva el naranja!

En esta fase diminuye la inflamación producida por la menstruación y nuestro cuerpo se prepara para ovular. Aumentan los estrógenos, por lo que asimilamos mejor el calcio. Durante estas dos fases, es importante consumir alimentos ricos en proteínas para ayudar a la maduración del óvulo. La carne, el pescado y los huevos son nuestros grandes aliados.

Junto a las proteínas, la vitamina A es la gran protagonista de esta fase del ciclo porque aporta betacarotenos, que no sólo cuidan nuestra piel del envejecimiento, también nos ayudan a combatir la anemia y aumentar nuestra fertilidad. La encuentras en los alimentos de color naranja, como la zanahoria, la calabaza, el boniato.

Fase pre-menstrual: ¡vuelve el verde y se suma el rojo!

Durante la fase pre-menstrual nuestro cuerpo se prepara para expulsar el óvulo no fecundado. En ella, la progesterona comienza a ser la protagonista y los estrógenos deberían comenzar a bajar.

Es importante seguir bebiendo mucha agua y mantener el consumo de proteínas. Durante estos días, empezamos a sumar la cantidad de hierro e incluimos también alimentos con un alto poder antinflamatorio, como son el jenjibre, la remolacha y los frutos rojos (fresa, frambuesa, arándanos…), así como los alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados (aguacate, frutos secos, semillas de lino…).

Para reducir el síndrome pre-menstrual nuestros grandes aliados son la vitamina B6, que ayuda a nuestro cuerpo a fabricar serotonina (la hormona de la felicidad), y el magnesio, conocido como el tranquilizante de la naturaleza. Los encuentras, juntos, en las almendras, los anacardos, el plátano, los tomates, los espárragos y el aguacate.

Existen, además, dos alimentos concretos que son enormemente beneficiosos en esta fase: el brócoli y la cúrcuma.

  • El brócoli favorece el equilibrio hormonal y potencia la acción depurativa que vendrá con la menstruación.
  • La cúrcuma, al igual que el jengibre y las frutas rojas, tiene un enorme poder antiinflamatorio y te ayudará a disminuir el dolor menstrual. Puedes incluirla en tus guisos, una vez apagado el fuego, o en todas tus comidas como condimento. Además, para cuando llegue el frío, da mucho gustito tomarla en infusión o prepara un vasito de leche dorada como sustituta del café.

Recuerda, reconciliarnos con nuestro ciclo menstrual y aprender sobre nuestra naturaleza cíclica, nos ayuda a conocer mejor nuestras necesidades de cada momento. Aliarnos con la Madre Tierra y sus recursos naturales, también.


Este artículo es divulgativo y ofrece pautas generales que han sido desarrolladas tomando como fuente a Food Green Mood y Xuxa Sanz. Si sufres síndrome de ovario poliquístico, amenorrea o cualquier otro desequilibrio severo, las pautas cambian y son específicas.

alimentación y ciclo menstrual

Leche dorada | Tu mejor aliada frente al dolor menstrual

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La Leche dorada o Cúrcuma Latte se ha puesto de moda en los últimos años porque se considera una superbebida. Es ideal para los días de Otoño e Invierno, cuando el cuerpo nos pide quedarnos en casa, leyendo, viendo pelis, cocinando o haciendo el bichobola en el sofá. En este artículo te dejo una receta muy sencilla para prepararla.

La verdad es que el apelativo de superbebida que tiene la Leche dorada lo merece, ya que la cúrcuma (una raíz milenaria proveniente de Asia) tiene unas propiedades brutales: es antioxidante, anti-inflamatoria, anti-bacteriana, protege el hígado, mejora la digestión y ayuda a reducir el acné, entre muchas otras virtudes. Además su sabor y su color, a mí por menos, me vuelven loca.

La recete que hoy te propongo se prepara en cinco minutos y, si eres amiga de las sensaciones intensas, te va a encantar porque tiene un gusto a especias muy potente.

Ingredientes para 2 personas:

– 2 tazas de leche de coco orgánica (o cualquier otra leche vegetal al gusto)
– 2 cucharaditas de cúrcuma en polvo (yo pongo una por persona, pero puedes poner más o menos al gusto)
– 1 cucharadita de canela en polvo
– 2 cucharadas de mezcla de especias recién molidas (clavos de olor, bayas de enebro, pimienta negra y semillas de cardamomo)
– 2 cucharadas de sirope de arce, agave o miel

Instrucciones

1. Ponemos una cazuela a fuego medio-bajo con la leche de coco. Cuando esté caliente vamos añadiendo las especias y dejamos que hierba unos minutos para que coja sabor.
2. Probamos y vamos agregando el endulzante hasta que quede a gusto.
3. Servimos bien caliente y espolvoreamos un poco más de canela y cúrcuma en polvo para decorar.

¡Y a disfrutar!

Leche dorada