Alimentación en Invierno

Alimentación en invierno.

Durante los meses de Invierno, nuestra energía tiende a volcarse hacia el interior y nuestro organismo necesita descansar un poco más. Para que podamos nutrir la energía vital adquirida (Jing) que proviene de lo que comemos y respiramos. Esta energía se va progresivamente almacenando para poder después salir al mundo cuando llegue la Primavera.


Para la Medicina Tradicional China, el Invierno es una estación regida por el elemento Agua, que representa el origen de la vida y el inicio de todo nuevo ciclo.

El agua une, funde y armoniza. Representa la paz, el amor universal, la compasión y las emociones más profundas del ser. Nos recuerda que la vida es flujo y cambio constante. El agua nos da la capacidad de adaptarnos a los ciclos de la naturaleza y a las situaciones de nuestra vida. Nos aporta flexibilidad.

El agua constituye la energía Yin máxima y, en el cuerpo, está representada por los riñones y la vejiga. El fondo marino, donde se manifestaron las primeras formas de vida. O el momento de la gestación nos ilustran con claridad este período de evolución a partir del agua.

La energía del agua se agota con el «calor» del estrés y el exceso de emociones densas. La mejor forma de conservar la energía potencial del agua es estar tranquila y en quietud.

Durante el Invierno, la clave de una buena alimentación es seguir el curso de la naturaleza. Además de prestar atención a la energía Yang en el cuerpo. Recuerda: si fuera hace frío (Yin), nosotras contrarrestamos con su polaridad, generando más calor (Yang) en nuestro organismo.

Los alimentos remineralizantes y que generan calor interno son especialmente beneficiosos para la salud, en general, y el fortalecimiento de nuestro sistema inmunológico, en particular. Igualmente, es importante incorporar los alimentos que pueden fortalecer la energía del riñón y mejorar la capacidad del cuerpo para resistir el frío.

Evita los alimentos crudos durante el Invierno tanto como te sea posible. Tienden a enfriar el cuerpo. Es momento de recuperar las ollas y cazuelas, y cocinar a fuego lento. Las sopas calientes, los granos integrales y los frutos secos tostados ayudan a calentar el centro del cuerpo y mantener la energía Yang. Bebe, además, agua a temperatura ambiente o en infusiones durante el día.

Es la época de las legumbres, las judías azukis, las alubias pintas, las alubias blancas o los fríjoles, con las que confeccionar ricos potajes. Es también la época de los alimentos negros y azules, colores que corresponden con el elemento agua de los riñones y ayudan a su fortalecimiento. Arándanos, moras y haba negras pueden ser una gran elección.

Las semillas contienen una enorme concentración de energía. Las de lino, calabaza, girasol y sésamo negro se relacionan con la fertilidad y el crecimiento que rige la energía renal. Los frutos secos tomados a discreción, especialmente nueces y avellanas, son también muy eficaces en esta época del año para generar calor.

Incluye también alimentos probióticos como el miso. Una buena sopa de miso es el plato perfecto para las comidas y cenas invernales (los japoneses incluso la toman para desayunar). Te ayudará a entrar en calor y relajarte… y, además, representa el fondo marino… Ideal para conectar con el elemento agua.

En cuanto a las verduras, elige las redondas, todo tipo de coles y hojas verdes pequeñas, e incluye raíces (como el nabos, las chirivías, las zanahorias o la bardana). Los riñones son las raíces energéticas de nuestro cuerpo y, si están bien nutridos, nos aseguramos una buena salud… en especial las mujeres.

En las comidas, elabora platos tradicionales de la dieta mediterránea, como la olla gitana o el potaje de garbanzos. Puedes sustituir los ingredientes desvitalizados por ingredientes más energéticos, como puede ser el arroz blanco por el integral o las verduras congeladas por las frescas. Si eres vegana o vegetariana, puedes sustituir las proteínas animales por proteína vegetal de buena calidad.

Alimentación en invierno.

Sopa de miso | El regalo de los dioses

Sopa de miso

Fuente de sabor, salud, longevidad y felicidad. La macrobiótica considera esta sopa milenaria con alga wakame como un auténtico elixir cargado de beneficios. Y es una de mis recetas preferidas para la temporada de Invierno.

Según cuenta la leyenda, el miso fue un regalo que los dioses hicieron a la humanidad muchos siglos atrás. Con éste, le entregaron el elixir de la salud, la longevidad y la felicidad. Cientos de años después, el consumo de miso, un producto que se obtiene a partir de la fermentación de la soja y que destaca como fuente excelente de aminoácidos y enzimas naturales y probióticas, se ha expandido por todo el mundo.

El miso es el alimento estrella de la cocina macrobiótica. El equilibrio entre los principios del yin y el yang y de los cinco elementos son las bases de la macrobiótica. Un modo de vida que entiende la alimentación como el gran aliado del equilibrio físico y emocional. Sin un buen balance de estos principios, ninguna persona podrá gozar de auténtica salud física y emocional.

Pero, ¿cómo encontramos el equilibrio? La macrobiótica distingue entre el efecto yin (una energía fría y oscura) y el efecto yang (una energía caliente y luminosa). Todos los alimentos poseen las dos energías. Sin embargo, una de las dos siempre domina por encima de la otra. Del mismo modo que el equilibrio entre yin y yang rige las leyes de la naturaleza, una dieta saludable deberá buscar el balance entre estos dos polos opuestos. Asegurándonos de que no nos pasamos por exceso o por defecto de ninguno de los dos. Pero teniendo en cuenta, a su vez, las necesidades específicas de cada individuo en cada momento. Necesidades que irán cambiando de forma constante a lo largo de la vida.

Además del buen balance, la macrobiótica entiende que una alimentación saludable debe basarse en el consumo de alimentos ecológicos, de temporada y de proximidad, reduciendo el consumo de azúcares y harinas blancas, alcohol y otros tóxicos y aumentando la ingesta de alimentos integrales y alcalinizantes como las algas, el tamari y, por supuesto, el miso.

Qué necesitarás para preparar la sopa de miso

A pesar de que admite una infinidad de variantes, la receta tradicional combina principalmente dos ingredientes: el miso y las algas wakame. A menudo se le añaden también taquitos de tofu, cebolleta y puerro u otras verduras, setas, pescado o incluso carne.

Tanto el miso como las algas wakame son alimentos en los que predomina la energía yang. Según la medicina tradicional china, purifican la sangre, mejoran la calidad del pelo, de la piel y de los órganos. La wakame, como el resto de algas, es un vegetal del mar muy rico en calcio, magnesio, hierro y yodo, y es por su alta concentración de estas propiedades que no conviene abusar de ella: con 10 gramos al día tenemos más que suficiente.

Por su sencilla preparación, sus magníficas propiedades y su delicioso sabor, esta sopa resulta una excelente entrada en el mundo de las algas y el miso para todos los que no sepan como incorporar estos alimentos a sus platos del día a día.

Qué miso comprar

Aunque los tipos de miso más conocidos son el hatcho miso (de soja), el genmai miso (de soja y arroz integral) y el mugi miso (de soja y cebada), según el clima, las costumbres y los alimentos disponibles, puedes encontrar otras variedades, como el miso soba (con trigo sarraceno), el taima miso (con semillas de cáñamo) y el miso natto (con cebada y jengibre)

Podéis encontrar miso en distintos formatos: en sobres, deshidratado y preparado para hacer la sopa, en forma de pasta oscura en un frasco de cristal o en una bolsa hermética, o en caldo ya preparado y listo para consumir (caldo de genmai miso con alga wakame).

En cualquier caso, es importante que se adapta a vuestras necesidades nutricionales y lo compréis ecológico para aseguraros que se conservan todas sus extraordinarias cualidades.

Rosa Mística

Invierno | Tiempo de hacer magia

El Invierno es un momento para conectar con la tierra y echar raíces profundas. Raíces que nos permitan, con la llegada de la Primavera, poder desplegar nuestras alas sin perder nuestra esencia. Es también un momento de rendición, quietud y silencio, donde conectamos con el arquetipo de la Anciana Sabia que nos permitirá tejer una nueva realidad. Ella nos enseña que es tiempo de hacer magia.


A todo lo que le pones amor, se vuelve magia. Esta frase resume la energía que tenemos disponible durante el Invierno. Y este amor es, en primer lugar, hacia ti misma. Es un amor que te permite desprenderte del pasado y abrirte a nuevas posibilidades, una vez que has transformado la experiencia en sabiduría.

También es el amor que te permite nutrir las semillas que sembraste durante el Solsticio de Invierno para que puedan echar raíces profundas. Es un mes para conectar con la Tierra, para soñar y visualizar las nuevas creaciones que quieres ver florecer y madurar, desde el conocimiento profunda que te ofrece la sabiduría del ciclo que termina. Es tiempo de hacer magia.

En esta primera Píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana de 2020, te abro mi corazón y te cuento la transformación que he vivido en el último año. Al abrazar la ciclicidad de la naturaleza y el trabajo de desarrollo personal que nos propone la Rueda de Ana.


Te leo en los comentarios.

Con amor, Alicia.

Inake-Habitarte ciclica-Escuela online