Los siete ritos sagrados de la Menopausia

Inake-Los-siete-ritos-sagrados-de-la-menopausia

Los siete ritos sagrados de la menopausia

Kristi Meisenbach Boylan define siete ritos de la Menopausia en su profundamente hermoso libro del mismo título. Usa la metáfora de la mística isla de Avalon donde vivían las sacerdotisas de la Diosa en tiempos del Rey Arturo, tal como aparecieron en Las nieblas de Avalon, el libro clásico de Marion Zimmer Bradley. Es en este reino donde Boylan percibe a la mujer menopáusica retirándose para sanarse y descubrir su propia verdad.

Lo que le sucede a la mujer menopáusica no difiere del proceso integrativo chamánico de la «recuperación del alma», en el cual el chamán viaja a otros mundos para recuperar las partes de un alma individual que se han desgajado durante los traumas de la vida. Del mismo modo, la mujer menopáusica al principio de su viaje es obligada desde el interior de su propia psique a «convocar la barca» que la transportará a la Tierra de Su Alma para recuperar todo su ser.

Convocar la barca: el primer rito de la Menopausia

Convocar la barca es el primer rito de la Menopausia, según Boylan. Del mismo modo que las sacerdotisas estaban en las orillas de Glastonbury y convocaban la barca que las llevaría a Avalon, la mujer menopáusica se aparta del mundo exterior y viaja al interior. Este rito de paso se precipita, en primer lugar, por los cambios hormonales en el interior de su cuerpo y, en otro, por las llamadas cada vez más profundas de su propia alma para que alcance un nivel de madurez espiritual que la fundación (la creación) había previsto para sus años de mujer sabia.

El problema que Boylan se apresura a señalar es que la mayoría de las mujeres se han olvidado de que tal dimensión interior aún existe, de manera que cuando se producen los primeros movimientos, hay confusión y resistencia antes de rendirse y confiar. La neblina mental y el insomnio son los síntomas de las mujeres que invocan la barca que las alejará de la realidad ordinaria.

El gusano empieza su viaje hacia el retiro en el que, cuando encuentre el lugar adecuado, construirá su crisálida.

Rasgando las brumas: el segundo rito de la Menopausia

Hay un momento del viaje en que las mujeres se sienten absolutamente perdidas y fuera de control. Cuando «rasgamos las brumas» entramos profundamente en el submundo desde el que no podemos ver ninguna orilla. Se necesita un tremendo coraje para permanecer en esta dimensión y no es sin la compañía de fuertes emociones. Las sacerdotisas de Avalon estaban capacitadas para manipular las brumas a través de sus maravillosos poderes mágicos.

La mujer menopáusica en este estadio siente que está perdiendo su garra. Tiene miedo de perder su juventud, su belleza, su valor como mujer. Tiene miedo del proceso de envejecimiento y de cómo la sociedad la va a juzgar. En este caso, no puede ver su propia belleza y se encuentra en estado de pánico porque no tiene idea alguna de donde está.
Boylan comenta que es en este estadio donde algunas mujeres se atascan y rechazan desplazarse a través de las brumas para completar su rito de paso. Son las mujeres obsesionadas con la juventud cuya visita anual al cirujano plástico le asegura que permanecerán hermosas para siempre.

El gusano se ha envuelto en sí mismo en su estrecha crisálida. No se puede mover. Se está preparando para su morfogénesis.

La gran iniciación de la perimenopausia: el tercer rito de la Menopausia

Una vez estamos envueltas en las brumas de la menopausia, nuestro nivel de ansiedad aumenta. Empezamos experimentando cambios de humor dramáticos y sofocos, agotamiento, pérdida de lívido, sudores nocturnos, adelgazamiento de huesos -nos sentimos como si estuviéramos perdiendo nuestra mente y nos estuviéramos desmoronando- cayendo a pedazos. Es esta inaguantable experiencia de querer saltar fuera de nuestra piel lo que nos impulsa a continuar el viaje y movernos a través de las brumas para ver la otra orilla.

Desarrollar la paciencia es una tarea importante para sostener esta fase: entregarse a la fusión del núcleo, cabalgar las olas de subidas de tensión que suceden en nuestros cuerpos durante los sofocos.

Esta es la etapa de limo verde en la transformación de nuestro gusano en mariposa. Se trata de una masa pegajosa, pero necesaria para ¡ah, la recompensa está delante!

La búsqueda de la santidad: el cuarto rito de la Menopausia

Todavía envueltas en las brumas, ahora empezamos a cuestionarnos nuestras vidas. Nuestro mundo exterior está cambiando -nuestros hijos han crecido y tal vez han marchado-. Nuestros matrimonios pueden estar en problemas. Nuestro trabajo, si estamos centradas en la carrera, puede ser que no nos proporcione tanta satisfacción como antes. Nuestros amigos tal vez no estén nunca más en nuestra longitud de onda. Miramos alrededor y vemos que hay muy poco en nuestras vidas que nos ofrezcan el apoyo y la satisfacción que deseamos.

Empezamos una profunda introspección para identificar los errores de nuestro pasado, aprovechando la pasión que hemos experimentado durante nuestra adolescencia y situando todo bajo el microscopio de nuestro propio control interno -nuestros valores y nuestras metas-, relaciones y hábitos personales. Empezamos a ver nuestros patrones de comportamiento desde la infancia y cómo hemos creado nuestras vidas a partir de ellos.

Este tiempo está marcado por una gran liberación , soltamos un montón de dolor emocional y abrimos la comunicación donde empezamos a expresar lo que hemos mantenido en silencio durante demasiado tiempo. Es la búsqueda primordial de la plenitud lo que nos impulsa en esta etapa. Queremos más de la vida -¿qué es esto?-. Solo sabemos que hemos de dejar morir las viejas formas para que algo nuevo y maravilloso pueda surgir.

Por último, llegamos al lugar del perdón por el cual somos capaces de dejar de lado nuestro pasado y perdonar, no sólo a los que sentimos que nos han herido, sino lo más importante: somos capaces de perdonarnos a nosotras mismas por nuestra propia vulnerabilidad y seguir adelante.

Boylan resume esta etapa diciendo que gran parte de ella, tiene que ver con recordar: recordar nuestro propio ser y eliminar ferozmente los impedimentos que han oscurecido su brillo.

Alas delicadas empiezan a formarse en el cuerpo cambiante dentro de la crisálida.

El baño en aguas sanadoras: el quinto rito de la Menopausia

Las aguas empiezan a aclararse y la mujer menopáusica puede ver en su reflejo el surgimiento de una mujer sabia. En esta coyuntura, la otra orilla empieza a ser visible y sabemos que estamos en un curso estable. Con esta claridad, los patrones que ha identificado en la fase previa son la causa de que vea su vida bajo una luz totalmente diferente. Ahora se convertirá en voz, dejando que la gente a su alrededor sepa que las antiguas costumbres deben terminar. Exige un mayor respeto y valoración de su tiempo personal. También empieza a reconocer sus dones intuitivos y se ve a sí misma como sabia y poderosa.

Siente una conexión más profunda con el Espíritu, donde el resplandor de su propia alma empieza a brillar a través de sí misma e ilumina su camino. En el quinto rito, la mujer menopáusica empieza a abrazarse verdaderamente a sí misma y ver su cuerpo íntegramente, a ver su valía como extraordinaria.

Durante este tiempo, todavía va a estar retirada -alejándose del mundo exterior y de sus relaciones íntimas, especialmente de su familia-, en un esfuerzo por estar más profundamente en comunión con su naturaleza más íntima. Ella reflexiona sobre sus relaciones con el cosmos, su futuro, el futuro del mundo y como puede aportar sus dones cuando sea el momento adecuado. Pero ahora no es el momento, todavía no.

El limo verde ha dado paso a una mariposa totalmente formada, que empieza su tarea de desgarrar su crisálida. Ahora sabe quién es.

Sanando la sangre interna: el sexto rito de la Menopausia

La barca atraca en la Isla de Avalon. La sacerdotisa pisa tierra firme y comienza a sentir su arraigo y fuerza interior. Su último flujo lunar ya se ha producido y se retira a un templo cercano para marcar el paso de 13 meses después del cual la menopausia se ha completado.

Naturalmente, muchas mujeres atestiguarán que estos 13 meses pueden ser bastante turbulentos, con vestigios de ritos anteriores y olas de angustia física y emocional. Sin embargo, el aumento de la claridad y la visión que siguen desarrollándose convierten en un encantamiento a la mujer sabia en formación. Empieza aprender cómo utilizar su energía: cuándo hablar y cuándo permanecer en silencio, cuándo estar activa y cuándo retirarse.

Boylan postula que en este momento la mujer recupera su «niña sabia». Ella compara esta niña sabia con el ánimus de una mujer que se convierte en la base del poder de la vieja. En la psicología jungiana, el ánimus es el aspecto yang de nuestras psiques que está orientado a la acción, que nos impulsa hacia adelante, que tiene un sentido fuerte y saludable de las fronteras, sabe cómo decir «no», y sabe cómo conseguir lo que quiere y necesita. A medida que la sangre sagrada se mantiene dentro, una mujer se carga con propiedades mágicas. Ella ha alcanzado su poder. 

La mariposa se  despoja de su capullo y emerge, preparada para la libertad y lista para tomar el vuelo.

La coronación de la Chamana: el séptimo rito de la Menopausia

Las sacerdotisas se mueven por la tierra y encuentran su lugar entre la gente. La mujer post-menopáusica re-surge con confianza y sabiduría y es coronada metafóricamente como chamana cuando realiza un acto de belleza para el mundo.

¿Cómo se canalizan su nuevo sentido de sí misma y sus dotes creativas en un acto de belleza que eleve y mejore la calidad de vida de los demás? ¿Cómo va a optar por entregar la segunda mitad de su vida al servicio?

Sus pensamientos se vuelven más y más centrados en como ella pretende actuar con la sabiduría que ha adquirido durante su viaje. Está inflamada por el poder y la pasión. Se fundamenta en la tierra. Obtiene su energía de todas las direcciones. Como mujer mayor, ya anciana, se convierte en la anciana de la aldea, la mujer de la sangre sabia. Encarna lo Sagrado Femenino. Proporciona el equilibrio esencial para la sanación del mundo a través de su actitud proactiva y sus caminos de sabiduría.

Conoce el poder de alinearse con otras mujeres mayores afines para convertirse en una fuerza vital en la transformación del mundo.

La mariposa emprende el vuelo. Es libre. Vuela cada vez más alto y se mueve con las corrientes, luego se posa en las flores, poliniza aquí y allá, se mueve con cierta alegría, instalada en la belleza, creadora de belleza. Mariposas por todas partes.

 
El texto original está escrito en inglés y es de Kristi Meisenbach Boylan. La traducción al castellano es de Eulalia Pamies y la realizó para Mujer Cíclica.

también te puede interesar

Los siete ritos sagrados de la menopausia

Rosa Mística

Brillas porque eres poderosa

Inake-brillas-porque-eres-poderosa

Brillas.

«Nuestro temor más profundo no es que seamos insuficientes. Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo? Infravalorándote no ayudas al mundo. No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti. Esta grandeza de espíritu no se encuentra sólo en algunos de nosotros; está en todos. Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros».

Considero que esta maravillosa cita de Marianne Williamson es totalmente cierta. Es mucho más fácil ser pequeños e insignificantes que ser grandes e inspiradores. Para ser grandes tenemos que desafiar nuestros miedos, tenemos que salir de nuestra zona de confort, tenemos que desenmascarar al ego y vivir desde el alma. Nada de esto es fácil, nada de esto está promovido por esta sociedad. Por ello ser grande significa, normalmente, nadar contracorriente. Exponerte, probar, caer, levantarte, ser criticada, ser envidiada… porque a los demás les gusta verte pequeña, manejable, gris. Prefieren eso que deslumbrarse por tu luz, porque tu luz les hace plantearse a ellos sus vidas, sus miserias.

Sin embargo, el efecto es doble porque, aunque a algunos les deslumbre tu luz y prefieran mirar a otro lado antes de enfrentarse a si mismos, a otros les inspira para crecer ellos también, para deslumbrar ellos también, para liberarse de las ataduras imaginarias que ellos mismos crearon y vivir la vida que realmente quieren vivir.

Y no hay que confundir brillar con la soberbia. Es muy distinto. Brillar es guiarte por tu alma, ser fiel a ti misma, darte permiso para ser todo lo que puedes llegar a ser. Brillar significa crear tu propio camino, hacer las cosas a tu manera, ser y mostrarte como la persona única y maravillosa que eres. Por eso te animo a que brilles. El que no esté preparado para tu luz, el que se quede en la envidia y vea tu luz como una amenaza no merece estar a tu lado. No uses de excusa a las personas grises para no brillar tú. Que no te paren en tu camino.

Qué mundo más apasionante, motivador y creativo sería si todos nos permitiésemos brillar…

Rosa Mística