Tantra para principiantes (II) | El camino del Tantra blanco

En el Tantra hay diferentes modalidades o caminos espirituales. Las dos principales son el Tantra blanco (preparación con uno mismo) y el Tantra Rojo (práctica a dos). Hay incluso quien habla del Tantra Rosa (cuando la práctica se enfoca en el corazón y espiritualidad). En esta nueva píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana profundizaremos en el Tantra blanco y la importancia que tiene su práctica para la mujer.


Hace algunas semanas te compartía una píldora en la que hablaba de qué es el Tantra. En ella te decía que podíamos definirlo como la esencia de la vida y como un camino de desarrollo personal y espiritual, que incluye el cuerpo y la energía sexual como esa energía que crea la vida.

En el Tantra hay diferentes modalidades o caminos espirituales. Las dos principales son el Tantra blanco y el Tantra Rojo. El Tantra Blanco es el camino individual, el trabajo con uno mismo. Para purificar y abrir el canal central y permitir que la energía creativa fluya por nuestro cuerpo. El Tantra Rojo es el camino a dos, y normalmente, decimos que incluye la sexualidad sagrada.

Desde mi punto de vista, las dos incluyen la sexualidad sagrada porque en los dos caminos se trabaja con la energía sexual. El Tantra Blanco te invita a descubrir cómo funciona tu energía creativa interna. Mientras que el Tantra Rojo te invita a descubrir el flujo de energía en pareja.


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QUÉ ES EL TANTRA BLANCO

Para el Tantra, las mujeres somos las iniciadoras de la sexualidad sagrada. Sin embargo, no podemos iniciar nada si no sabes cómo funciona nuestra energía sexual y creativa. Si no entendemos cómo se mueve la energía Kundalini en nuestro cuerpo, cómo podemos co-crear con ella y cómo convertirla en nuestra aliada para que nos acompañe en todos nuestros procesos de sanación y crecimiento espiritual.

Y el  camino del Tantra blanco te invita precisamente a esto: a entender, desde la experiencia, cómo cultivar la energía Kundalini y cómo moverla a través del cuerpo para transformar la energía sexual en energía de amor y, desde ahí, penetrar el mundo. Pero, ¿qué es la Kundalini? Y, ¿por qué trabajamos con ella?

QUÉ ES LA KUNDALINI

Tradicionalmente, nos han enseñado que la energía Kundalini es como una serpiente que dormita en la base de nuestra columna vertebral. Y, cuando despierta, empieza su ascensión por el canal central y va activando los chakras. En este maravilloso viaje, llega al chakra corona y allí se produce la iluminación.

Sin embargo, en realidad debemos diferenciar tres tipos de energía Kundalini: la Kundalini de la Madre Tierra, la Kundalini de nuestro cuerpo y la Kundalini de la Madre Cósmica o Kundalini espiritual.

Estas tres energías trabajan conjuntamente. El despertar de la energía Kundalini de la Tierra nos ayuda a manifestar, nos nutre, nos enraíza, nos ayuda a estar presente y a permanecer en nuestro centro. El despertar de la energía Kundalini del Cielo nos ayuda a estar en conexión con el cosmos y la divinidad. La energía Kundalini de nuestro cuerpo es una energía sexual femenina. Es nuestro fuego interno y, por tanto, es una energía de creación y de destrucción.

LA KUNDALINI Y EL ÚTERO

Para las mujeres, la energía Kundalini no se encuentra en la base de la columna vertebrar, como nos han enseñado tradicionalmente, se encuentra en nuestro útero. Se activa al llegar la menarquia y nos ofrece toda su capacidad de creación.

La energía Kundalini en las mujeres siembre está despierta y, dependiendo de las prácticas que hagamos, estará mucho más despierta en unas mujeres que en otras. Precisamente porque la energía Kundalini está siempre despierta en las mujeres, es fundamental conectar con nuestro útero. Para poder manejar esta energía y dirigirla hacia nuestra sanación y nuestro desarrollo personal y espiritual.

Conectar con nuestro útero significa conectar con la ciclicidad, la sabiduría que nos ofrece cada una de las fases de nuestro ciclo menstrual y las cualidades de nuestra Kundalini en cada una de estas fases.

La energía Kundalini del hombre se encuentra en la base de la columna vertebral y, a diferencia de la mujer, sí es una energía que debe despertar de manera consciente y debe hacer técnicas para mantenerla despierta. Las técnicas de despertar de Kundalini que han predominado hasta ahora son técnicas de un despertar rápido, potente y fuerte. Este despertar es muy yang y no se respeta la sutileza de la energía femenina que caracteriza a la Kundalini.

Un despertar rápido y potente no le da tiempo a la Kundalini a viajar por nuestro cuerpo y ayudarnos a sanar lo que tenemos que sanar. Este despertar rápido nos lleva a un estado en el que nos sentimos bien, pero en el que no tomamos conciencia de las sombras, miedos, bloqueos y patrones que podemos tener. Y entonces la Kundalini lo que va a hacer es magnificar lo que hay y, a veces, lo que hay no es ni bonito ni sano.

La conexión auténtica se produce cuando trabajamos la energía Kundalini en nuestro cuerpo desde la sutileza, conjuntamente con la energía Kundalini de la Tierra y la del Cielo, anclándonos en el momento presente.

LA KUNDALINI Y EL CICLO MENSTRUAL

En las mujeres, la Kundalini se va activando en la fase más oscura de nuestro ciclo menstrual. Cuando entramos en la parte de mayor luz, más yang, si hacemos una menstruación consciente, ella sube a nuestro corazón y el fuego sagrado de nuestro útero activa el fuego sagrado de nuestro corazón. Entonces se produce esa unión de la que tanto hemos oído hablar. Y, dependiendo del trabajo de conciencia que hayamos hecho, desde el corazón penetraremos el mundo.

Cuando trabajamos con la energía Kundalini en nuestro útero de una manera consciente, con nuestro ciclo menstrual o, si no tenemos útero o hemos entrado ya en la menopausia, con nuestro útero energético y las fases de la luna, estamos trabajando con la energía de la Diosa de una manera sutil y nos convertimos en guías maestras de nuestra propia energía Kundalini en ese ascenso a nuestro corazón.


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Tantra para principiantes | Claves para entender qué es el Tantra

El Tantra está de moda. Congresos sobre sexualidad sagrada, artículos en revistas, libros, programas de radio, talleres y retiros de fines de semana, publicaciones en redes sociales… nos bombardean de forma constante, todos los días, a todas horas… Y el Tantra puede, desde luego, alegrar nuestra vida sexual y llevarla a niveles desconocidos hasta ahora en nuestra vida, mejorar nuestra salud e incluso guiarnos en el camino de la iluminación. Pero muy poca gente se para a explicar la transformación que se produce en aquellos que se adentran en la verdadera esencia del Tantra.


En esta nueva píldora de sabiduría femenina para la vida cotidiana nos adentramos en esta filosofía milenaria. Te ofrezco algunas claves para entender qué es realmente el Tantra más allá de la sexualidad.


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Qué es el Tantra

El Tantra es un camino místico y espiritual que nace en la India. Y este es el principal problema que nos encontramos cuando intentamos definir qué es el Tantra. Porque lo hacemos desde un punto de vista occidental y desde un marco cultural muy diferente, que nos impide entender los principios orientales en los que se basa.

El Tantra surgió dentro de una sociedad matrística, anterior incluso al Hinduismo, donde el principio femenino gobernaba y regía la vida. Para esta sociedad toda la existencia estaba en conexión con lo divino y la vida era un continuo ciclar que incluía su polaridad, la muerte. Era además una cultura devocional y ritualista. Una cultura que consideraba que toda la existencia era sagrada porque contenía la chispa de lo divino. Desde una hormiga hasta un ser humano pasando por los árboles, las plantas y todos los animales que viven en la tierra. La naturaleza era una extensión y una representación de la Gran Diosa y de su enorme capacidad de creación.

En Occidente, sin embargo, nos movemos en un marco cultural judeocristiano y patriarcal. En una sociedad materialista y consumista que vive un tiempo lineal y que enfatiza el individualismo. No entendemos realmente el significado de lo sagrado y lo ritual, y vivimos en una dualidad y una separación constante. Por eso nos cuesta tantísimo entender el significado del Tantra y lo reducimos a la sexualidad.

El Tantra como esencia de la vida

El Tantra es una vía mística que persigue lo mismo que persiguen otros caminos espirituales: la plenitud, la felicidad y la dicha de quien lo practica. Sin embargo, el Tantra presenta tres diferencias básicas con respecto a otras vías de iluminación:

  1. El Tantra no excluye el cuerpo. Nos pide que experimentemos a través de los sentidos y en el momento presente, aquí y ahora, que es, en realidad el único tiempo que existe.
  2. El Tantra permite un viaje a dos. No nos pide que nos retiremos del mundo y nos vayamos a una cueva a iluminarnos. Antes bien, entiende que la experiencia vital, el desarrollo pleno del alma, se produce en el contexto de las relaciones. Y entiende las relaciones en un sentido amplio que, por supuesto, incluye las de pareja. Podemos decidir hacer este viaje de descubrimiento que nos propone el Tantra solos o en pareja. O mejor dicho. Podemos hacerlo solos y, después, en pareja.
  3. El Tantra utiliza la energía sexual para entrar en estados alterados de conciencia. Y esto es precisamente lo que no se conoce o no se suele decir del Tantra, porque estamos condicionados por el modo en que entendemos la sexualidad en Occidente.

Nuestra educación sexual, marcada por el tabú judeocristino, se realiza normalmente desde la represión y desde el rechazo, o desde el ejemplo que nos proporciona la pornografía. No existe realmente una educación sexual que nos explique cómo funciona nuestro cuerpo, cómo experimentamos placer y cómo abrirnos al otro desde el corazón y no desde la genitalidad.

Durante nuestra adolescencia en casa, muy probablemente, no se hablaba de estos temas. Y esto es algo que no pasaba en esa sociedad tántrica de tradición matrística, donde existían espacios en los que se enseñaban los diferentes ritos de paso por los que atravesamos mujeres y hombres, entre ellos, las relaciones sexuales.

La obsesión por el sexo basado en la búsqueda del orgasmo impide que veamos el Tantra como lo que realmente es: la esencia de la vida. Para entender el Tantra debemos ampliar nuestros horizontes y entender la energía sexual como una energía de vida y una energía de creación, que va más allá del placer físico.

El Tantra no es sexualidad. Pero tampoco la excluye. Y como en Occidente estamos tan obsesionados con la sexualidad porque ha sido un tema tabú durante más de dos mil años, reducimos el Tantra a la sexualidad. Y ya, para rizar el rizo, ni siquiera entendemos qué es eso de la sexualidad sagrada, porque se nos escapa por completo el concepto de sacralidad. Para el Tantra la sexualidad forma parte del viaje de autodescubrimiento y desarrollo espiritual de una persona. Pero hay mucho más.

Shiva y Shakti: los principios de la vida

Para el Tantra, como para el Taoísmo, toda la existencia se construye a través de la danza de dos principios universales que llaman Shakti y Shiva, o Yin y Yang. Shiva es la conciencia divina y representa las cualidades de la energía masculina (que no del hombre). Shakti es el fuego creativo y sagrado, y representa la energía femenina (que no de la mujer).

Esta polaridad la podemos observar tanto en la naturaleza como dentro de cada uno de nosotros, y todos los desequilibrios que existen y el sufrimiento que sentimos, se explican porque estas dos energías están en dualidad.

Para explicar la relación que existe entre estas dos energías, las comunidades de las sociedades tántricas recurrían, como otras muchas, a personificarlas en dioses y a desarrollar un cuento o un mito entre ellos. Para la tradición tántrica, Shiva y Shakti vivían en una montaña y, un día, Shakti –curiosa ella– le hace a Shiva, la conciencia divina, preguntas transcendentales como quién soy, qué hago aquí, qué sentido tiene el sufrimiento.

Shiva sabía que las grandes preguntas no se podían explicar a través de la mente. Las grandes preguntas tenían que encontrar su respuesta a través de la experiencia. Y, por eso, Shiva le regaló a Shakti 112 meditaciones para que ella pudiera experimentar y encontrar su verdad. Y de ahí, nace el Tantra.

Shiva y Shakti en nuestro cuerpo

En nuestro cuerpo, Shiva está situado simbólicamente en nuestra glándula pineal, entre el séptimo y el sexto chakta; mientras que Shakti es una serpiente enroscada en la base de la columna vertebral, en los hombres, y en el útero, en las mujeres, entre el primer y el segundo chakra.

La tendencia natural de Shakti es ir a fusionarse con su amado Shiva y, para ello, asciende por la columna vertebral y va disolviendo todos aquellos bloqueos que se encuentra en el camino y que le impiden llegar. Estos bloqueos tienen mucho que ver con el miedo, el ego y las emociones densas.

Shakti es la energía más poderosa que tenemos y hay que saber manejarla bien. Si encendemos nuestra energía sexual sin ponerle conciencia (es decir, sin que Shiva esté despierto), puede llegar a ser muy destructiva. Por eso, es importante siempre que te acompañes de la mano de un profesional que sepa guiarte a través de los ejercicios que te propone el Tantra.

Para concluir…

El Tantra es una filosofía que trata de unir lo que está separado porque entiende que es precisamente esta separación lo que nos hace sufrir. La tendencia natural de Shiva y Shakti es fusionarse para crear la vida. Y, para ello, el Tantra plantea dos modos de hacerlo:

  1. Desde la conciencia. Podemos trabajar con Shiva y poner luz a todos aquellos patrones y creencias limitantes que nos llevan al sufrimiento y nos impiden desarrollar todas nuestras capacidades.
  2. Desde el cuerpo. Podemos trabajar con Shakti, la energía sexual y, a través de la respiración y el movimiento, despertar el fuego sagrado que te lleva a destruir todas aquellas corazas que te impiden gozar de una vida plena. Y este es precisamente el trabajo que te propongo desde Habitarte cíclica.

Puedes entrar al mundo del Tantra y sus enormes beneficios por cualquiera de estas dos vías, porque una te llevará a la otra. Su tendencia natural es fusionarse, unirse y crear vida.


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Saludo a la Luna | Secuencia de posturas para conectar con tu energía femenina

INAKE-Saludo a la Luna

El Saludo a la Luna es una serie de posturas realizadas en un orden determinado para crear un flujo de movimientos cuyo objetivo es conectar con tu energía femenina interna.


Las diferentes posturas que se desarrollan en el Saludo a la Luna representan las diferentes fases de nuestro satélite y, practicadas con conciencia y sensibilidad, nos ayudan a canalizar la energía lunar y sus cualidades relajantes y creativas. Calma el sistema nervioso y nos permite conectar con nuestra esencia femenina, dejando a un lado el vigor y el dinamismo solares que rigen nuestras actividades diarias.

Como el Saludo al Sol, el de la Luna –también conocido como Chandra Namaskar– las posturas que lo componen se conectan entre sí a través de la respiración: inhalamos al estirar y exhalamos al doblar el cuerpo. Sin embargo, mientras el Saludo al Sol busca activarte y darte fuerza, al conectar con tu energía masculina, el Saludo a la Luna busca calmarte y conectar con tu esencia femenina.

Puedes hacerlo antes de irte a dormir, cuando necesites estar calmada ante una determinada situación, para aliviar el estrés o incluso como ejercicio final a tus prácticas corporales diarias para conectar con lo femenino, como la danza alquímica. Con ello, enfriarás y relajarás tu cuerpo después del movimiento.

El Saludo a la Luna paso a paso

Hay múltiples variantes del Saludo a la Luna. El que aquí te propongo es muy sencilla y te resultará fácil de seguir. Comienza realizando la secuencia de 3 a 5 veces, y ve subiendo la intensidad si así lo sientes.

INAKE-Saludo a la Luna

Beneficios de practicar el Saludo a la Luna

Los beneficios del Chandar Namaskar son numerosos:

  • Ayuda a canalizar la energía lunar que tiene cualidades refrescantes, calmantes y creativas.
  • Calma el sistema nervioso.
  • Te permite conectar con tu esencia femenina.
  • Produce un profundo estiramiento y fortalecimiento de la columna vertebral, los tendones, las piernas y los músculos estomacales.
  • Tonifica el cuerpo y aporta flexibilidad.
  • Aprendes a controlar la respiración, ya que cada postura tiene asociada una fase de respiración.
  • Induce al estado meditativo ya que relaja y libera los pensamientos y sentimientos negativos.

Te animo a que lo incorpores a tu práctica diaria y me cuentes en los comentarios cómo te sientes con ello. Y si quieres profundizar en tu conciencia corporal, te invito a conocer Habitarte cíclica | Escuela Online para Mujeres Conscientes.

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