Sacerdotisas del Fuego Sagrado

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Imbolc y el Fuego Sagrado

Hace unas semanas te hablaba de las sacerdotisas de la tierra y también de la tradición de las sacerdotisas de las aguas sagradas, las primeras Marías, y hoy quiero hablarte de las sacerdotisas guardianas del fuego sagrado… y qué mejor día que este: en el que estamos celebrando la festividad de Imbolc y las enseñanzas de la diosa Brigit.

Así que primero quiero hablarte un poquito de Imbolc y de la diosa Brigit para después rescatar del olvido a las sacerdotisas del fuego sagrado.
 
El 2 de febrero, entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, celebramos la festividad de Imbolc, la fiesta de la luz y del amanecer en nuestro interior. Es en realidad una energía que nos acompaña hasta la llegada de la Primavera y nos anuncia que un nuevo ciclo se inicia y que necesitamos purificar todo aquello que obstaculiza nuestro crecimiento.
 
Es el momento del despertar de las semillas que durante el invierno duermen cálidamente en el vientre de la madre tierra y durante este periodo nos acompaña la diosa Brigit. Ella es la inspiración, la sanación y la renovación, y está representada por la triple diosa: la doncella, la madre y la anciana.
 
Brigit es también la guardiana del fuego sagrado y nos anuncia que la Kundalini de la tierra, la Dragona, ya está preparada para volver a elevarse de nuevo. Del mismo modo, también nuestra Kundalini, que ha estado sumida en su letargo, enroscada en nuestro útero durante el invierno, está preparada para abrir nuestro canal creativo y permitir el parto de las semillas de creación que sembramos durante los momentos más oscuros del invierno.
Brigit custodia nuestro triple fuego sagrado: nuestro poder, nuestra pasión y nuestro propósito, y nos invita a prepararnos para dar a luz, para comenzar a manifestar.
 
Imbolc es un momento bello y, a la vez, difícil.

Es un momento en que conectamos de nuevo con aquello que deseamos recibir y creamos un puente para llevar todo eso al externo. Pero es un momento en que debemos aprender a ser leales con nosotras mismas y mantener el compromiso con nuestra alma.

Es un momento en que debemos evaluar si realmente estamos comprometidas con nuestros propósitos e intenciones, con todo aquello que deseamos ver manifestado en nuestras vidas. Por eso es un momento de purificación, para que todo lo que soy se pueda expresar al mundo sin ningún tipo de apego o miedo.


Mira, te pongo un ejemplo para que lo entiendas mejor: es como la semilla que comienza a brotar y crecer desde la oscuridad de la tierra. Para hacerlo, para poder salir hacia afuera, tiene que romperse y tiene que remover la tierra que hay sobre ella. Y otro ejemplo que también puede servir es la mariposa que, para nace, necesita romper el capullo en que se encuentra.
 
Durante Imbolc aprendemos a ser el vehículo, el canal creativo a través del que parimos nuestras creaciones y también aprendemos a convertirnos en ese canal y conectar con la conciencia creativa divina, el útero cósmico donde se encuentra todo aquello que quiere cobrar vida. O dicho de otro modo, aquello que deseas crear ya existe en el etérico y durante Imbolc aprendemos a ser ese puente que viaja hacia el etérico para traer a la materia aquello que desea ver manifestado.

Imbolc es un tiempo de la rueda del año que te invitan a convertirte en el canal  a través del que se manifiestan todos esos deseos. Por eso a Brigit se le llama la partera energética.
 
Brigit representa la llama sagrada de nuestra creatividad. Es la inspiración, la intuición y es pura alquimia: nos invita a abrazar nuestra capacidad de transformar una cosa en otra. También representa el pozo sagrado de nuestra autenticidad y la sanación del alma. Pero no es una sanación como la que hacemos en Samhaim, que es un trabajo de sombra. Esta sanación es a través de la luz de la conciencia y la kundalini espiritual, la que procede del útero de la madre cósmica. date cuenta que, a nivel astrológico, en este momento estamos transitando los signos de Acuario y Piscis. Si Capricornio nos enseña a crear la vasija, como te decía en la masterclass que hicimos en el Solsticio de Invierno, Acuario y Piscis nos enseñan a conectar con las aguas sagradas del útero cósmico y, desde ahí, encender la chispa divina, el fuego sagrado que custodia Brigit. 
 
Con Brigit entendemos que todo es posible y que realmente somos infinitas. Nos hace recordar quiénes somos. Nos conecta con nuestra niña interior y nos hace recordar lo que necesita para sentirse bien. Este anhelo de nuestra niña interior no suele ser material y Brigit te invita a bucear en tus aguas profundas para saber qué es lo que realmente necesita tu niña interior para conectar con todos tus dones y talentos, y sacarlos hacia afuera, entregárselo al mundo cuando llegue la primavera y el ímpetu de Aries. 
 
Imbolc es un periodo de la rueda del año que nos invita a unir todo lo que está en separación en nuestra vida, aquello que está en lucha o en dolor. Es un momento para entender aquellas cosas que nos molestan y en las que mostramos resistencias, que están creando separación en nuestra vida y no nos están permitiendo manifestar nuestras creaciones. Cuando somos capaces de verlas, también somos capaces de purificarlas y volver a la unión sagrada interna.
 
Brigit nos invita a conectar con nuestra creatividad y hacernos estas preguntas: cómo se siente mi niña interior, qué necesita, cómo puedo abrirme para mostrar mis dones y talentos. Te invito a reflexionar en estas cuestiones durante toda esta horquilla de tiempo.
 

Las Sacerdotisas del Fuego Sagrado


Brigit es una diosa que también nos conecta con la tradición de las sacerdotisas que custodian el fuego sagrado, la llama Magdal o la chispa de lo divino dentro de nosotras. 

Este linaje es conocido como las «polinizadoras» porque su misión era salir del hogar y viajar a lugares de poder que estaban conectados con el fuego sagrado de la Dragona, la Kundalini de la Tierra, para activarlos y crear un vínculo con el fuego sagrado de los útero de las mujeres y con la chispa divina en la Humanidad. así ayudaban a crear la rejilla cristalina que nos conectaba con la gran colmena o la matriz cósmica. 

Precisamente por su misión, estas sacerdotisas serán conocidas como las Melissae o las Sacerdotisas Abeja. Hablamos de ellas y de sus enseñanzas en el programa de formación Sacerdotisas de la Rosa Mystica.

El mito de las Vestales nos ayuda a entender la labor de estas sacerdotisas. Las Vestales eran sacerdotisas de la diosa Vesta (en Roma) o Hestia (en Grecia), que era la diosa guardiana del fuego sagrado del hogar. Y aquí hogar significa útero.
En su honor, las casas de los griegos se edificaban en torno a un «hogar», un fuego, alrededor del que giraba toda la vida familiar.

La protección de Hestia se amplió también a las ciudades y los griegos construyeron en su honor un hogar público, el pritaneo, presidido por una llama eterna (similar a la que existían en tiempos míticos de Lemuria y la Atlántida). Era en este espacio central donde se recibía y mostraba hospitalidad a los emisarios extranjeros, a los visitantes distinguidos y a los benefactores. Cuando fundaban un asentamiento, los colonos utilizaban una antorcha encendida con el fuego sagrado del pritaneo de su ciudad natal para prender el nuevo hogar común, creando así una conexión espiritual entre la ciudad-Madre y las ciudades-hijas.

La protección de Hestia también se amplió a todo el universo, ya que se asumía que el «fuego sagrado era el encargado de custodiar el orden sagrado». Se decía que la fuente del fuego sagrado de Hestia era la lava que ardía en el núcleo de la Tierra, que estaba unida por un «cordón umbilical» a la ciudad de Delfos, donde se levantó un oráculo dedicado a Ella. La suma sacerdotisa del templo de Delfos, conocida como Pitia o Drakaina, era el oráculo y la voz de Gaia.

Espero que te haya gustado esta píldora de sabiduría femenina.
Si quieres que sigamos juntas rescatando del olvido esta memoria silenciada dame un me gusta y déjame un comentario.

Quiénes fueron las Marías

María es el último nombre con el que se conoce a una sacerdotisa antes de que fueran exiliadas y desterradas al olvido. En esta nueva píldora de sabiduría femenina comenzamos a reconstruir las piezas de un puzzle para rescatar sus voces, silenciadas durante milenios, y sus enseñanzas.

Las Marías: Sacerdotisas del Útero

Una María era una Sacerdotisa del Útero, una guardiana de las enseñanzas mistéricas del Grial. Fueron el último vestigio de una larga tradición de más de 30.000 años, que hunde sus raíces en las cuevas prehistóricas y llega hasta el siglo VI, cuando la reforma de la iglesia católica realizada por Gregorio Magno, hizo que fueran perseguidas.

Su historia hoy, es una historia olvidada, igual que las enseñanzas que custodiaron, y nos toca a nosotras, sus descendientes, volver a rescatarlas del olvido.

Y esta tarea no es fácil…. No lo es porque tenemos muy poquitas fuentes arqueológicas y documentales… y las que han llegado hasta nuestros días están sesgadas, precisamente porque faltan las voces de las mujeres.

Desde que la historia y la arqueología nacieron como disciplinas científicas en el siglo XIX, fueron escritas por hombres (y, además, era un terreno de estudio que estaba vedado para las mujeres). Esto hace que falte esta visión de lo femenino y que no nos quede otra que bucear en la tradición oral, en la memoria colectiva y también en nuestra memoria corporal y celular (aunque esto no esté avalado por la ciencia)… Y que, al acudir a cualquier libro, tengamos que ir como hormiguitas, leyendo entre líneas y subrayando datos, anecdóticos para quiénes los escribieron pero que, para nosotras, nos ofrecen una información valiosísima.

Las 7 mujeres que acompañaban a Yeshua

Si comenzamos a bucear en la historia, sabemos, por las escrituras sagradas y, en especial, por los evangelios apócrifos, que Yeshua solían estar acompañado de 12 hombres y 7 mujeres. El grupo de las 7 mujeres estaba liderado por una María: María Magdalena.

También sabemos que Magdalena es un título. Para algunos investigadores, la Magdalena fue una mujer que nació en la ciudad de Magdala. Para otros, Magdalena es un título que procede de la palabra «Magdal» o «Mig-Dal», que significa «portal mágico» y que hace alusión al útero, la matriz de la creación.

Gracias a las investigaciones realizadas por Laurence Gardner, sabemos que la Magdalena que llegó a la Provenza, lo hizo acompañada de tres Marías: Helena-Salomé, Sarah-Salomé y María, la esposa de Cloplás. Y nos dice Gardner, como anécdota y un poco de pasada, que, cada una de ellas, vestía de un color diferente.

Así que, por ahora tenemos las primeras piezas de un puzzle muy especial que estamos reconstruyendo juntas:

  • Tenemos a un grupo de 7 Sacerdotisas
  • Estas 7 Marías estaban lideradas por una Suma Sacerdotisa: María Magdalena
  • Cada una de ellas vestía de un color diferente
  • Estos colores hacían referencia a una orden, a un linaje concreto, cuyas enseñanzas custodiaban.

Esto parece un comienzo bastante prometedor…

Pero, vamos a ir juntas un pasito más allá y a rescatar otras piezas del puzzle.

Myriam: la Madre Mar

El nombre María procede de la palabra compuesta hebrea «Myriam»: MYR, que significa Madre, y YAM, que significa Mar. Así que una María es una guardiana de las enseñanzas de las Madres Mar, las Madres Primigenias.

Para la tradición ancestral, estas Madres Primigenias suelen estar asociadas a las 7 Pléyades, las 7 Madres Pleyadianas que aparecen de manera recurrente en los mitos de creación de la mayor parte de las culturas indígenas del planeta.

Son las 7 Matariki de los Rapanui, las 7 Kritikas de la India, las 7 Mutsuraboshi de Japón, las 7 Hathors de Egipto o las 7 ninfas griegas, hijas de Atlas y la oceánica Pleione, guardianas del Jardín de las Hespérides (el jardín de las manzanas), a las que se les suele representar como palomas. Los mayas aseguraban que este cúmulo estelar eran el origen de su cultura y para los mapuches, la energía azul de estas 7 hermanas otorgaba fuerza interior a las mujeres.

Estas Madres Primigenias son las guardianas de la memoria original de la Humanidad. Esta memoria se encuentra codificada en las aguas, las aguas sagradas del útero de la creación, y nos recuerdan el camino a seguir para despertar nuestra divinidad interior.

Muy prontito verá la luz la nueva ofrenda de la escuela, en la que vamos a rescatar las voces silenciadas de estas Marías.

El templo de la Madonna Negra

Rosa Mystica_El templo de la Madonna Negra

La semana pasada te hablaba de la alquimia: qué es la alquimia, sus orígenes y sus principios fundamentales. Te decía que el objetivo principal que tiene la alquimia es transformar el plomo en oro y que, esto, llevado al terreno espiritual, es una invitación a iniciar un viaje de transformación para abrazar tu divinidad. 

La materia prima de la Alquimia

Este proceso se inicia cuando el alquimista decide ir en busca de la materia prima con la que va a trabajar en el laboratorio. Esta materia prima está formada fundamentalmente por dos elementos, dos sustancias principales: la energía masculina o el Rey y la energía femenina o la Reina. Y estas dos sustancias van a ir pasando por diferentes fases hasta llegar a la gran obra… a ese Anthropos o ser andrógino que encarna la divinidad. 

En general, todos los tratados antiguos de alquimia afirman que el proceso de transformación de la materia prima finaliza con tres fases consecutivas: nigredo, albedo y rubedo, que se llaman así por el color que la materia va adquiriendo hasta llegar al dorado. 

Dentro de la espiritualidad femenina, tal y como la compartimos aquí en la Rosa Mystica, estas tres fases están asociadas a tres diosas que nos ayudan a transmitir sus enseñanzas.

  • Nigredo > Negro > Madonna Negra
  • Albedo > Blanco > Virgen Blanca
  • Rubedo > Rojo > Reina Roja

Como sabes, y si no lo sabes te lo cuento ahora, estamos llevando al cuerpo las enseñanzas de estos tres arquetipos femeninos a través de la danza en clases online en directo, todos los miércoles, a las 17h (España). Puedes saber más sobre las clases online en directo aquí>>

La Madonna Negra

Hoy me gustaría hablarte un poquito de la temida Madonna Negra. La Madonna Negra es la primera manifestación del Divino Femenino, la más primal, la que nos conecta con la fuerza erótica femenina.

Hay que entender bien lo que esto significa. Porque hace unos días publicamos un post sobre la danza ritual y sobre cómo podemos hacer alquimia y magia sexual a través del cuerpo en movimiento, y una chica dejó un comentario que me dejó un poco en shock y que decía algo así: ¿es que hay que sexualizarlo y erotizarlo todo, hasta la danza?

Aquí lo primero que yo vi fue una herida acerca de la sexualidad, una herida que es personal, y que ella vino a mostrar, y un herida que que también es colectiva. Porque seguimos sin entender que la sexualidad es una energía de vida y una energía de creación que va más allá de la genitalidad y de conseguir o no poder conseguir orgasmos maravillosos…

Insisto mucho en esto: la energía sexual es la energía con la que se crea la vida, toda la vida. Todo lo que me rodea está creado a partir de esa energía. Y el erotismo es el deseo, esa atracción irresistible que nos lleva a comenzar todo el proceso creativo, y que está impulsado por la vida misma en su anhelo por estar en constante movimiento. 

La Madonna Negra es la base para entender los misterios femeninos. Y no se presenta en nuestra vida como una Musa sensual, sino como una Madre Oscura… y esta madre oscura lo primero que va a darnos es miedo… porque, en Occidente, no estamos acostumbrados a lidiar con los aspectos oscuros del Divino Femenino. 

Para la espiritualidad occidental lo femenino es dulce y sensual, algo a medio camino entre la Venus de Milo y Marilyn Monroe… Y nos da miedo enfrentarnos a esa otra cara del Divino Femenino que es la Madonna Negra porque no se nos muestra sensual, sino que más bien se muestra como una leona, una pantera que viene a mostrarnos la fiereza de la creación, la parte no tan bonita de la creación que nadie nos enseña. 

La fuerza erótica femenina

Y para entender esta fuerza erótica femenina sólo tienes que pensar en una mujer pariendo o en un volcán en erupción. En la erupción del volcán de La Palma en las Islas Canarias, de hace un año, por ejemplo. 

La fuerza erótica femenina primero destruye, abre espacios, para después poder ofrecernos las tierras y las costas más fértiles que jamás hayamos podido imaginar. Los animales primero huyen, algunos mueren en el proceso, y después vuelven porque saben que ese nuevo espacio que se ha creado es el hogar más fértil a donde pueden regresar. 

Y eso no lo entendemos. Pensamos que la naturaleza es mala, que es destructiva, y Ella simplemente está creando en base a unas leyes orgánicas de las que nosotros nos hemos desconectado.

De todos modos, enfrentarnos a la Madonna Negra no es fácil. Cuando se presenta en nuestras vidas, nos exige un sacrificio. Se trata de un sacrificio del ego. Ella viene a mostrarnos lo que no queremos ver, nuestros demonios internos, nuestras sombras, nuestro karma… y nos enseña también el modo de hacer ese sacrificio: a través de conectar con nuestro lado más salvaje, con esa fuerza erótica que va a destruir todo aquello que te impide crecer, todo aquello que te impide crear. 

Cuando aceptamos este sacrificio, ella viene a ofrecernos la Verdad, la Justicia, y nos regala a Sophia, la Sabiduría divina

Si abrazamos a la Madonna Negra tal y como es, veremos como su amor y su compasión son infinitos y nos transforman. Y cuando nosotras, nosotros, cambiamos, ella también se transforma, abriéndonos las puertas al conocimiento y las enseñanzas de otros aspectos del Divino Femenino.

El cuerpo, el templo de la Madonna Negra

El espacio sagrado, el templo, donde mora la Madonna Negra es el cuerpo y, en especial, el útero, tanto físico y energético, que es ese caldero donde vamos a poder hacer la transformación de la materia prima.

Los alquimistas lo llaman el alambique, que es el vaso donde se producen las operaciones alquímicas, y el atanor, que es horno que sostiene y calienta el vaso.

Las enseñanzas de la Madonna Negra son las bases del conocimiento espiritual, por eso su imagen aparece en múltiples tradiciones como la Diosa Velada, la Virgen Negra, la Hija Marginada, la novia llorona, la dama oscura del conocimiento… o la prostituta redimida.

En nuestra propia búsqueda de la Diosa, si puedes recordar tu propia experiencia, la primera llamada que sentimos a ir hacia su encuentro, comienza en la oscuridad, durante lo que los místicos llaman una noche oscura del alma, donde sentimos que todo nuestro mundo, todo lo que sentíamos como certeza en nuestra vida, se desmorona y nos encontramos ante un vacío existencial.

Es algo parecido a la ignorancia que siente un bebé cuando está en el útero de su madre. Allí está conectado con su origen divino y sabe que tiene que nacer al mundo, pero le da miedo porque ignora lo que se puede encontrar fuera. Una vez que nace, olvida de donde viene y comienza a sentir terror por su propio origen, que es ese vacío y esa oscuridad. 

Pero una de las enseñanzas del Divino Femenino dice así: «te ofreceré los tesoros de la oscuridad y las riquezas ocultas en los lugares secretos». Esos tesoros del Divino Femenino yacen en lo más profundo de nuestro ser, esperando a ser descubiertos. 

Por eso, en la oscuridad de la noche donde descubrimos el corazón de nuestra espiritualidad.

La semilla del crecimiento espiritual se siembra en la oscuridad del útero. Y es en este retorno al útero espiritual donde encontramos lo que los místicos llaman «la resplandeciente oscuridad»: el punto de retorno. Esta re-entrada al útero espiritual es tanto un renacimiento del alma como una muerte del ego

Tememos a la Madonna Negra porque proyectamos en ella todos nuestros miedos a lo desconocido y a lo que permanece oculto para nosotros, o no llegamos a entender. Desterramos su imagen hace mucho tiempo, pero Ella ha permanecido y la podemos encontrar en el rostro de Gaia, en la Madre Naturaleza, que nos recuerda constantemente nuestra soberanía creativa.

Cuando integramos la visión de la Madonna Negra como Gaia comenzamos también a recordar e integrar sus procesos, su naturaleza dual y su trabajo creativo. 

El hecho de considerarnos hombres y mujeres civilizados, nos ha hecho separarnos de las enseñanzas de la Madonna Negra. Y uno de los principales problemas es que despreciamos la materia, nuestro cuerpo y sus funciones fisiológicas básicas, que nos recuerda que somos materia. La comunión con la Madonna Negra se produce en el cuerpo, no es un proceso verbal ni intelectual… se produce en el cuerpo porque Ella es la materia prima.

Nuestro miedo a dejarnos llevar por el fuego abrasador de la ira, nuestro pavor a difuminarnos, a quedarnos sin estructura y a caer en el caso, es una reacción contra las enseñanzas de la Madonna Negra que, como materia negra que es, controla el destino del universo. 

La Madonna Negra es la dama que teje la telaraña de la creación que se forma en su propia matriz divina. No está separada de ella: la Madonna negra, el hilo, la telaraña y la matriz divina son una. La Madonna Negra es la Madre Creadora y en Ella están encerrados los misterios de la soberanía creativa, esperando a ser desvelados.